Un poderoso sismo estremeció esta tarde a Haití, el país más pobre del continente americano. El terremoto, de siete grados en la escala de Richter, arrasó con los principales edificios de la capital, Puerto Príncipe, entre ellos el Palacio Presidencial. Las comunicaciones están cortadas y las autoridades alertaron sobre centenares de víctimas.

El temblor se produjo a las 16:53 hora local (las 18.53 de Buenos Aires) y su epicentro fue localizado a 15 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe. "Se trata de una catástrofe de enormes proporciones", expresó el embajador haitiano en Estados Unidos, Raymond Joseph, en declaraciones a la cadena de noticias CNN. "Convoco a todos los amigos de Haití a que presten ayuda", fue su dramático pedido.

El palacio presidencial, la Catedral y varios edificios gubernamentales quedaron destrozados. Según reportes oficiales, el presidente René Preval resultó ileso. El terremoto provocó el derrumbe de la sede local de Naciones Unidas, aunque el colapso de las comunicaciones impide conocer reportes sobre víctimas.

También se desplomó un hospital en la zona residencial de Petionville, en los alrededores de Puerto Príncipe. Allí se encuentran -además- las residencias de gran parte del personal extranjero que se desempeña en el país. "Hay muchos edificios derrumbados; muchas personas buscan a sus familiares", fue el dramático relato que trazó el vocero de la embajada dominicana en Puerto Príncipe, Pastor Vásquez, a la agencia DPA.

Haití es el país más pobre del continente americano. Con nueve millones de habitantes, cuenta desde 2004 con una misión de paz de Naciones Unidas, que incluye a un contingente de soldados argentinos. Hasta el momento, no hay reportes de víctimas entre los soldados de nuestro país.

El sismo, además, se sintió con fuerza en la vecina República Dominicana y generó una alerta sobre un posible tsunami, luego cancelada. Cientos de personas, residentes en poblados costeros, se dirigieron a lugares más altos en prevención de la eventual entrada del mar. El temblor también se sintió en Cuba, donde sembró pánico entre los habitantes del oriente de la isla.