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20 de abril de 2024
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Caída de película para una avioneta
Viajaban el piloto y seis paracaidistas, que al ver que la aeronave se caía fueron arrojándose de a dos. El comandante no lo logró y murió dentro del fuselaje
14 de febrero de 2010
En medio de la tormenta, el piloto vio la columna ascendente de cúmulos nimbus y supo que no podría contra ella.

Se comunicó con el Aeroclub de Alta Gracia, desde donde acababa de despegar. Les dijo que lanzaría a los seis paracaidistas y que se declaraba en emergencia.

Luego llegaron los llamados de los vecinos de la localidad de José de la Quintana, a unos 5 kilómetros de ésa localidad serrana, avisando a los bomberos y a la policía que habían escuchado un estallido en el cielo poco después de las tres y media de la tarde.

Seis paracaidistas, entre los que se encontraba una mujer, lograron saltar antes de que la nave se desintegrara víctima de las ráfagas de viento, los rayos y relámpagos de una tempestad que asoló el sur provincial.

Ellos podrán contarlo: apenas tienen golpes que sanarán con el tiempo. El piloto murió. Su cuerpo fue encontrado antes del anochecer en medio de un monte y a unos 80 metros del fuselaje de la avioneta, por un perro de la brigada de bomberos. Desde la policía confirmaron a Clarín que el piloto se llamaba Gastón Pintado, tenía 31 años, y era de Salta; en tanto que los paracaidistas son Mario Romero, Javier Massi, Hernán Frías, Adolfo Caneragno, Cerri Shieles y David Torqueman.

Fuentes del aeroclub de Alta Gracia indicaron a Clarín que la avioneta era un Cessna 206.

¿El lugar? "Un paraje llamado Loteo Buteler, entre José de la Quintana y Villa Los Aromos, en el Valle de Calamuchita", informó Diego Concha, el titular de Defensa Civil de la Provincia.

Desde que se tuvo noticias del accidente, más de 50 bomberos y policías de Alta Gracia, liderados por Gabriel Salcedo, fueron hallando los despojos del avión: primero las alas, luego la cola y, por último, partes del fuselaje que habría estallado con el piloto adentro.

Las brigadas siguieron el rastro desdichado de los pedazos en una topografía "difícil, accidentada y, encima, con una fuerte lluvia que no paró nunca", detallaron.

Junto a los jirones de metal, fueron apareciendo los paracaidistas que se salvaron.

Sólo tres, anoche, tenían algunos golpes que merecieron internación: "Uno padece de una fractura expuesta en una pierna; otro, un fuerte golpe en la espalda, y el tercero un esguince de tobillo", detalló Concha, aunque todavía no habían trascendido sus nombres.

El bombero relató que "el cuerpo del piloto estaba muy golpeado. Tenía la mochila del paracaídas puesto, pero cerrada. Así que todavía no se sabe si murió cuando estalló el avión en el aire o al estrellarse contra el piso".

La tormenta que destruyó la avioneta había comenzado poco después del despegue del Aeroclub de Alta Gracia, a unos 37 kilómetros al sur de esta capital.

Según relataron los rescatistas, la única paracaidista que viajaba en la nave accidentada y el instructor, saltaron primero y lograron llegar hasta una comisaría para dar aviso de lo que estaba sucediendo.

Los heridos permanecían en el Hospital Regional de Alta Gracia.