Oscar Ruggeri no se resigna a sumarse al cuerpo técnico del seleccionado. Cruzó la puerta del hotel Mandarin y al pasar dijo socarronamente: "Vine a ver el partido y nada más". Así, su figura se perdió por los pasillos e ingresó a la habitación 204 para una reunión con Diego Maradona, que insiste en sumarlo como uno de sus ayudantes.

Tras la reunión, Ruggeri dijo: "Me ilusionaron de tal manera con esta oportunidad. Yo hice lo que me parecía que tenía que hacer. Por la selección haría lo que sea".

No son nuevas las visitas sorpresas de Ruggeri. Había pasado algo similar en Santa Fe, antes de enfrentar a Panamá en la cancha de Colón, donde el Cabezón se mostró sonriente y desafiante en uno de los palcos. Y también sucedió en una llegada de imprevisto al predio de Ezeiza durante un entrenamiento.

Abiertamente enfrentado a Ruggeri, está Julio Humberto Grondona. El presidente de la AFA aseguró que viejos problemas personales lo distancian del ex defensor a tal punto que la relación sería irreconciliable.

"Cada uno tiene que ocupar el lugar que le corresponde. Ruggieri no está en forma oficial en Alemania; no está designado. Es el Comité Ejecutivo el que designa. Creo que la indiferencia es una de las mejores armas que uno puede tener", dijo esta mañana Grondona en diálogo con Radio Diez.

Y Ruggeri respondió: ""No se si se va a flexibilizar. El tema es que nunca se discutió tanto el tema de los ayudantes. Yo de mi parte di todo. No sé por qué se me niega, no es algo que yo deba contestar".

Ruggeri también les dejó un mensaje a los jugadores: "Les diría que tienen la gran posibilidad en sus manos de levantar la Copa del Mundo y que no la dejen pasar".

Otro frente de tormenta se vislumbra en el horizonte. Justo se da a 100 días de la Copa del Mundo y en la antesala al partido con Alemania, un choque trascendente para saber dónde realmente está parado el seleccionado.