Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
23 de abril de 2024
Seguinos en
Sin secretos, los ojos del Oscar se fijaron en la austeridad
Sin lujos, con ritmo televisivo en busca de rating. El Oscar fue una pura sucesión de presentadores y tuvo falto de show. Martin y Baldwin de mayor a menor
8 de marzo de 2010
Por Roberto Aguirre Blanco

Prohibido pasarse de los 45 segundos de discursos y no se puede llorar en cámara. Esas fueron las estrictas normas de los productores del Oscar 2010 que propuso un show de tres horas y media con mucha palabra y poco espectáculo.

Casi todos respetaron los tiempos, pero muchos se emocionaron y moquearon en público por lo que se comieron luego un reto detrás de cámara y hablamos de grandes figuras que fueron sermoneadas.

Es el nuevo Oscar que igual se repite, por momentos emociona y por otra cansa, a pesar de la aparición de muchas figuras jóvenes, nuevas estrellas que intentaron ser el gancho para las nuevas generaciones.

Noche argentina como hace 24 años y eso para muchos justificó esperar casi hasta el final entre chistes localistas de los animadores y muchos avatares que hicieron al espectador casi vivir al límite del sueño.

Sobre el tramo final levantó la puntería del show con la presentación de las cinco bandas musicales con elenco de bailarines de una técnica sorprendente mezclando estilos callejeros como el rap, el hi-hop y pasos reveladores de dance-mimo y Yo, Robot para terminar en el clasicismo del ballet moderno.

Y después de tres horas 45 minutos llegó el gran momento para Argentina cuando dos directores íconos como Quentin Tarantino y Pedro Almodovar dijeron las palabras soñadas..."And the winner is... El Secreto de sus ojos.

El triunfo esperado de Jeff Bridges como mejor actor protagónico rompió por primera vez el protocolo y dejó que su discurso se extendiera por más de 45 segundos, algo que no sucedió con Campanella, quien debió hablar en inglés muy a su pesar y lo apuraron para terminar, y hasta gritó, fuera de cámara un saludo especial para los hermanos chilenos.

En esta edición se volvió a un viejo estilo de presentadores clásicos con ácido humor y esta vez los productores decidieron apostar a una pareja con cierta química previa: Steve Martin y Alec Baldwin.

Sin grandes espectacularidades, el inicio tuvo mucho humor y poca imagen o acción y el centro fueron las primeras filas de la plateas -o se las estrellas- que recibieron una dosis de ironías de los animadores, que además tuvieron un tiempo para recargar las tintas sobre las 10 nominaciones a mejor película, la novedad de los Oscar 2010.

De todas formas pareció que la humorada no le cayó bien a George Clooney, muy nombrado en este juego de Hollywood. Si lo hizo y la estrella actuó el malestar, señores hay que darle ya un Oscar. ¡Qué actuación!

Un buen momento fue cuando las estrellas animadas de los filmes de ese estilo, sentados en sus sillas de grandes figuras, hablaron sobre la importancia de una nominación y un probable premio de la Academia.

Así pasaron las estrellas de Coraline", de "Fantastic Mr. Fox", el sapo de "La princesa y el sapo", Ellie, la niña de "The Secret of Kells" y el memorable Carl, el viejo gruñón de "Up".

El primer homenaje de la noche fue para el desaparecido director John Hughes, creador de una serie de películas entrañables como la serie de Pobre Angelito.

Por ese motivo, estuvieron en el escenario un grupo de actores noveles en la década del 80, que en el film El Club de los cinco fueron lanzados a la fama como Matthew Broderick, Robert Downey Jr y el recordado Maculkey Culkin, entre otros presentes en el escenario del Kodak Theatre de Los Angeles.

Al promediar el show algunos ya extrañaban algunos de los años anteriores -castigados por entregas muy largas- pero con un poco más de vida shows y puestas en escena.

La sobriedad y la puesta apostaron a pequeñas performances casi de stand up y uno de eso mejores pasajes fue la actuación de Ben Stiller, maquillado como un personaje de Avatar en la entrega al Oscar a esa especialidad.

El Oscar a la Mejor Actriz de reparto que ganó MoNique por "Preciosa" generó el primer aplauso cerrado de la noche con muchos de los invitados de pie y un discurso breve pero muy intenso de la ganadora.

¡Que Horror!, esa expresión fue el mejor homenaje para un momento de recuerdo a las grandes películas del genero de Terror que excepto premios técnicos y alguna que otra nominación importante nunca fueron tenidos en cuenta por la Academia.

Bienvenido entonces los minutos que se vivieron para segmentos inolvidables de Tiburón, Psicosis, Viernes 13, Alien, Chucky, el muñeco maldito, Misery y El resplandor, entre otras.

Un clásico ya de estos premios es el segmento del recuerdo a los artistas desaparecidos en el último año, esta vez con una joya: el cantante James Taylor tocando en vivo con su guitarra ese exquisito clásico de The Beatles, En la vida.

Entre otros por la pantalla gigante pasaron David Carradine, Patrick Swayze, Jean Simons, el director Eric Rohmer, Dom De Luise, Brittany Murphy, Michael Jackson y Karl Malden.

Sobre el tramo final levantó la puntería del show con la presentación de las cinco bandas musicales con elenco de bailarines de una técnica sorprendente mezclando estilos callejeros como el rap, el hi-hop y pasos reveladores de dance-mimo y Yo, Robot para terminar en el clasicismo del ballet moderno.

En Argentina el público se enganchó con la emisión y a las 23:45 canal Trece tuvo un pico de 21,5 de rating, y a la hora del premio para El Secreto de sus Ojos fue de 15,3 a la 1.15 de la madrugada.