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29 de marzo de 2024
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Cavallo: "Los K buscan excusas para irse antes de 2011"
El ex ministro de Economía describió los K como "mentirosos". Vaticinó que "el ajuste será inevitable" y dijo que desde el 2001 hay un "golpe institucional" en el Gobierno
22 de marzo de 2010
Contradictorio. Ajeno a su pasado y a sus propios errores cuando le tocó ser Gobierno. Así se lo ve y escucho hoy al ex ministro de Economía Domingo Cavallo.

Fiel al estilo opositor que abunda por estas épocas, el economista, máximo exponente de la década de los 90 y responsable del vaciamiento económico de la Argentina durante esos años, volvió al ruedo para criticar al Gobierno kirchnerista y vaticinar que "el ajuste será inevitable", en una entrevista con el diario La Naición.

-¿Cómo llega la Argentina al Bicentenario?

- En una situación casi opuesta al Centenario, cuando éramos uno de los países mejor vistos en el mundo y con grandes expectativas. Hoy no somos tenidos en cuenta. Nos hemos caído del mapa de las inversiones. Vivimos en democracia, pero se necesita respetar sus formas, con más diálogo y vocación por discutir aspectos de fondo. En los últimos años hubo una permanente confrontación de poderes, y no ha funcionado bien el concepto de república.

-¿A qué atribuye esa disfunción?

- A una falta de inteligencia y buena voluntad de los máximos dirigentes de los últimos años. La deformación comenzó con el golpe institucional de 2001, y desde entonces la democracia ha funcionado sin respeto a las instituciones. Antes, las leyes se discutían, pero desde 2002 venimos sufriendo una deformación práctica, con decretos de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo. El actual es un gobierno anti-republicano, que no difiere mucho del de Duhalde.

-Habla de un golpe institucional ¿quién lo produjo?

- Duhalde y el resto de la dirigencia peronista de la provincia, en combinación con toda la vieja dirigencia radical bonaerense, porque eran co-responsables del descalabro fiscal de Buenos Aires. Eso estaba provocando un incendio, que De la Rúa y yo estábamos ayudando a apagar. Pero ellos se vieron contra las cuerdas cuando estallaron protestas de empleados públicos, y las redireccionaron hacia la Capital. Duhalde se dice el bombero de un incendio que él mismo desató.

-¿Por qué cree que se ha demonizado a la década de los ?90?

- Porque se ha engañado a la gente. Se dice que la economía se recuperó gracias a la devaluación, pero eso esconde una gran mentira. Hubo una mejora en los precios internacionales, por una bonanza global que se extendió desde 2002 a 2008. Y en todo ese período hubo una gran campaña para desprestigiar a la década anterior. Pero la gente se está dando cuenta.

-¿Reconoce algún problema en la política económica de esa década?

- El problema del endeudamiento de las provincias con el sistema bancario por un excesivo gasto público desde 1997. También, la falta de un adecuado funcionamiento de los mercados laborales y que la política social no fue efectiva en atenuar las consecuencias sociales de los ajustes económicos. Se podría haber hecho mucho más. Yo hice todo lo que pude mientras fui ministro, hasta mediados de 1996.

-¿Hay menos desigualdad hoy que en los ?90, como dice el Gobierno?

- Eso es una hipocresía. La pobreza bien medida hoy es mucho más alta que en la década de los ?90. Es lo mismo que decir que la devaluación fue en favor de los pobres. Ahí se multiplicaron, como consecuencia del impacto inflacionario. El ajuste de 2002 produjo una caída del salario real de casi el 50%, muy superior del 13% que se había intentado hacer el año anterior en el sector público y a jubilados. Pero los demagogos dijeron que esa caída fue culpa de la Convertibilidad. No. Fue culpa de su abandono.

-¿Qué pasó con el plan de convertibilidad? ¿Le faltó tiempo para cerrar su idea?

- Al gobierno de De la Rúa le faltó apoyo y tiempo, porque lo abortaron a la mitad del mandato, igual que mi gestión como ministro. Si le hubieran dicho la verdad a la gente, como nosotros, no hubiera sido necesario pesificar ni devaluar en 2002, y el ajuste hubiera sido mucho menor.

-¿Hace alguna autocrítica de sus decisiones al frente de Economía?

- Bueno, todos cometemos muchos errores. [Piensa] Yo hice lo que siempre creí que era lo mejor para el país. Seguramente cometí errores, pero no por mala intención. Si hubiera tenido información diferente, seguramente hubiera tomado decisiones distintas. De todos modos, ese es un ejercicio intelectual que no tiene sentido. Pretender reescribir la historia no es adecuado.

-¿Se siente injustamente juzgado por gran parte de la sociedad que lo critica?

- Siempre uno se siente injustamente juzgado cuando lo atacan. La gente forma su opinión en base a lo que ve, lee y escucha, y eso no siempre se ajusta a la verdad. Los que estamos en este tipo de actividad política tenemos que entender que hay épocas en los que a uno lo sobrestiman y otras en las que a uno lo "sobre desprecian". Hay mucha gente que considera que yo no debo hablar. Eso es autoritarismo.

-¿A quiénes se refiere cuando habla de demagogos?

- A Duhalde, que por medio de la devaluación planteó medidas de ajuste brutales e injustas. Pero la realidad las fue desarmando y esas aparentes soluciones se revirtieron. Hoy estamos en una realidad fiscal peor que la de 2001. Los Kirchner mienten a la gente; les quieren hacer creer que les están dando beneficios y esconden los costos políticos, sociales y económicos. Los demagogos son mentirosos que engañan por un tiempo. Al final, esa magia desaparece.

-¿Por qué cree que el Gobierno niega el problema de la inflación?

- Este gobierno niega todos los problemas, no sólo el de la inflación (que este año podría superar el 30%), los problemas institucionales, los de endeudamiento? En este último, por ejemplo, la deuda creció mucho más que en la década anterior.

-Dijo que la situación fiscal hoy es peor que en 2001, ¿ajustaría el gasto público?

- Sí, en los rubros en los que es injusto e ineficiente. Y subirlo en otros, como las jubilaciones. Hoy se dan subsidios como una dádiva general. Las tarifas de servicios públicos tienen que subir, pero con una política que contemple a los pobres.

-Esa sería una medida impopular, en puertas de un año electoral...

- Es lo que los Kirchner tratan de evitar. Si se salen con la suya, le van a dejar una bomba de tiempo al que asuma en 2011...

-¿Y si son ellos mismos?

- No. Ellos han perdido las esperanzas de ser el próximo gobierno. Sospecho que si ven que no pueden evitar los ajustes, o esconderlos debajo de la alfombra hasta el 10 de diciembre de 2011, quieran irse antes. Toda esta tensión institucional que están creando apunta a encontrar excusas para decir que se tuvieron que ir o los echaron sin que pudieran completar su trabajo en favor de los pobres. Eso ya nadie se los cree, pero menos aún si tomaran las medidas a la que la realidad los obligará a tomar en los próximos dos años. Quieren irse con la imagen de que hicieron crecer al país, y dejarle el fardo a Cobos o al que los suceda.

-Con respecto al rol del vicepresidente, ¿cree que debería renunciar por tener una visión alejada de la del Gobierno?

- No en la delicada situación institucional del presente. Hubiese sido razonable después de votar contra el Gobierno, pero ahora existe el peligro de que los Kirchner quieran irse. El vicepresidente no le puede sacar el cuerpo a su responsabilidad.

-¿Cuáles son los problemas que el país debe preocuparse por solucionar?

- Hay que reestablecer una relación normal con el mundo. Mientras más se demore, más difícil va a ser resolver los problemas internos. Pero eso lo puede hacer un gobierno que tenga una actitud distinta al de los Kirchner. Mientras, se debe sincerar el manejo de la economía, y buscar la forma de financiar el déficit fiscal que deje menos herencias negativas.

-¿Qué lugar debe buscar el país en el marco global?

- Las políticas de la última década nos han aislado. La Argentina tiene que volver a la década de los ?90, volver a ser uno de los países más respetables de América latina y destino de inversiones.

-¿Cómo ve el mapa político de cara a las elecciones presidenciales? ¿A quién ve con posibilidades de gobernar el país?

- Es posible que se armen dos o tres alternativas superadoras. Hay dirigentes promisorios, que miran la realidad sin anteojeras. Veo a Reutemann, a De Narváez, a Cobos. También a alguno de los Rodriguez Saá, aunque tienen menor apoyo a nivel país. Excluyo a Carrió, cuya vocación autoritaria y arbitraria es muy parecida a la de los Kirchner.

-¿Acompañaría desde la función pública a alguno de los dirigentes que mencionó?

- No. Podría ayudar explicando las buenas políticas en el exterior, donde conservo un margen de credibilidad y buena imagen. No hago campaña por ningún candidato. Voy a acompañar a todos, pero no con cargos. No voy a engañarme creyendo que tengo aquí el mismo margen de credibilidad que en los ?90. El poder desgasta, sobre todo si uno lo utiliza sin demagogia y con la verdad.

-¿Da por finalizada definitivamente su carrera política?

- Eso uno nunca debe decirlo. De todos modos, creo que mi rol debe ser éste.