El fin del conflicto con los estibadores del estratégico puerto de Rosario sirvió hoy para mostrar al ministro de Economía, Amado Boudou, y al líder de la CGT, Hugo Moyano, juntos y sonrientes, tras protagonizar una polémica por el verdadero alcance de la inflación.

La postal también permitió comprobar que hicieron falta tres ministros (Boudou y los de Trabajo, Carlos Tomada; y Agricultura, Julián Domínguez); un secretario de Estado, Guillermo Moreno; y el propio titular de la central obrera para destrabar el conflicto
que amenazaba paralizar la exportación de granos.

Pero la foto más esperada fue el encuentro entre el jefe de Economía y el titular de la CGT, que fue a pura sonrisa y gestos de que "aquí no ha pasado nada".

Días atrás, Moyano se había quejado por la inflación y hasta cuestionado a Boudou por decir que sólo se trataba de una "tensión de precios".

"No sé qué habrá querido decir el ministro pero a mí me llegan quejas por los precios todos los días", había dicho Moyano, quien rápidamente ganó la tapa de los diarios con esas declaraciones.

Pero al día siguiente, y tal vez llamada desde Olivos mediante, Moyano bajó el tono y hasta dijo que "un poco de inflación no le hace mal a nadie".

Si algo dejó claro la cumbre en la CGT para destrabar el conflicto con los estibadores rosarinos es que la alianza entre el gobierno kirchnerista y Moyano sigue más firme que nunca.