Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
29 de marzo de 2024
Seguinos en
Haka, Haka: no serán como los All Blacks, pero son de temer
Por segunda vez en historia Nueva Zelanda llega al Mundial. Se hacen llamar los All White y pelean por la fama por los reyes del rugby. Su entrenador figura en 1982
5 de junio de 2010
Después de la errática campaña que libró hace cuatro años, Nueva Zelanda resurgió de sus cenizas de manera enfática a las órdenes del seleccionador Ricki Herbert y se clasificó por segunda vez para la prueba reina después de su debut en España 1982, es decir, al cabo de 28 años de ausencia.

Herbert y su segundo de a bordo, Brian Turner, fueron ambos figuras clave en el combinado que tocó el cielo hace casi tres décadas.

El dúo de entrenadores ha transformado a los All Whites en una unidad compacta, cuya retaguardia no pudo ser vulnerada por el quinto clasificado asiático, Bahréin, en los 180 minutos de repesca intercontinental.

Cuatro años después de su naufragio ante las Islas Salomón, los Kiwis reclamaron la corona oceánica, que les valió el billete a la Copa FIFA Confederaciones 2009.

Allí terminaron realizando una meritoria actuación tras su floja apertura del telón contra el campeón europeo, España.

La dramática victoria en el repechaje camino de Sudáfrica 2010 contra Bahréin congregó a la nación apasionada por el rugby en torno a su selección de fútbol como nunca lo había hecho antes, y en el estadio de la capital, Wellington, se batieron todos los récords de asistencia para presenciar el decisivo clasificatorio.

Nueva Zelanda encabezó su grupo de clasificación de Oceanía confortablemente, ganando sus cinco primeros encuentros antes de registrar una derrota sin consecuencias en Fiyi, con muchos de los titulares ausentes por indisponibilidad.

Luego, los All Whites tuvieron que esperar 11 meses para entablar la eliminatoria con el quinto clasificado asiático.

Para obtener el privilegio de medirse a Nueva Zelanda, Bahréin despachó a la poderosa Arabia Saudí de camino a la última repesca intercontinental, obstáculo en el que también cayó hace cuatro años ante Trinidad y Tobago.

En medio de un calor agotador, Nueva Zelanda batalló con bravura en la ida para arrancar un empate sin goles en Manama.

La vuelta transcurrió sobre el filo de la navaja a lo largo de los noventa minutos, a cuya conclusión Nueva Zelanda triunfó gracias a un contundente cabezazo de Rory Fallon en el último minuto de la primera mitad.

El guardameta Mark Paston será igualmente recordado en los años venideros por haber detenido un penal a los cinco minutos de la reanudación.

El defensa central y capitán del equipo Ryan Nelsen es sin duda el miembro de mayor relieve y mejores credenciales del elenco.

El resuelto defensa ha sido titular del Blackburn Rovers durante varios años, y es el único neozelandés en haber alcanzado semejante longevidad en la Premier League inglesa.

En el otro extremo del campo, los All Whites disponen de un surtido arsenal ofensivo, empezando por el prolífico Shane Smeltz.

El Jugador Oceánico del Año y máximo goleador de la primera división australiana tiene una polifacética habilidad rematadora y es letal en los balones por alto o con los pies.

El delantero del Celtic Chris Killen es el complemento ideal de Smeltz, mientras que Fallon y el gigante adolescente Chris Wood crean mucho peligro en el juego aéreo.

Ricki Herbert es una de las figuras más ilustres del fútbol neozelandés. Titular de la selección que se embarcó rumbo a España 1982, se convirtió a continuación en uno de los primeros Kiwis que jugó en Inglaterra; él lo hizo en el Wolverhampton Wanderers.

Después de asumir las riendas del equipo nacional en 2005, Herbert también ha sido durante varias temporadas el entrenador del único club profesional de Nueva Zelanda, el Wellington Phoenix, que compite en la liga australiana.

Aprovechando su enorme experiencia y reputación tanto en Nueva Zelanda como en Australia, el seleccionador ha moldeado el combinado de los All Whites hasta construir un sólido grupo de trabajo capaz de rendir con regularidad.

Nueva Zelanda vuelve al grupo de élite mundial tras su primera y única participación en el certamen, registrada en España 1982.

El seleccionador Ricki Herbert ostenta el raro honor de haber comparecido en la Copa Mundial de la FIFA como jugador y como entrenador en las dos únicas participaciones mundialistas de la nación.

Nueva Zelanda es el segundo miembro consecutivo de la Confederación Oceánica de Fútbol (OFC) que se clasifica para la Copa Mundial de la FIFA, después de que Australia conquistara la misma hazaña en 2006.