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19 de abril de 2024
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Bielsa volvió a perder a lo Bielsa
Admirado por muchos y criticado por otros, el "Loco" se fue frustrado una vez más de un Mundial. Brasil rompió cualquier estrategia y la ilusión chilena quedó trunca en octavos de final. "Uno daría lo que no tiene por continuar"
28 de junio de 2010
Por Diego Provenzano, enviado especial de Asteriscos.Tv a Sudáfrica

Quedó inmutable, en cuclillas, como si estuviera jugando a la "estatua" con la canción de Xuxa, mientras decenas de personas le pasaban por al lado.

Bielsa, seguramente, se quedó pensando en qué falló su plan para tratar de romper la supremacía brasileña.

Unos segundos después se puso de pie, agarró su cuaderno rojo, aceptó el apretón de manos que le ofreció Robinho y su figura se perdió en la oscuridad del túnel del estadio Ellis Park con la convicción de nunca haber resignado su idea.

Tal como pasó aquel 12 de junio de 2002 en la tarde japonesa de Miyagi ante Suecia, Bielsa se fue de un Mundial con la tranquilidad que le dio esperar hasta el último segundo del partido una resurrección de su equipo.

Alentó a todos sus jugadores, se enojó cuando no le hacían caso, se sentó, se paró, le pegó al banco de suplentes. Bielsa lo vivió a lo Bielsa y también perdió el partido a lo Bielsa.

La vocación ofensiva que le implanta a sus planteles nunca cesó, más por su personalidad que por el resultado, pero el "Loco" rosarino nada pudo hacer para frenar a Brasil.

Trató de tapar la subida de los laterales con Alexis Sánchez y Mark González, pero fiel a su estilo, a los 10 minutos del partido ya cambió. El "sudafricano" González se paró como volante y Jean Baeusejour fue como extremo.

Se fastidió por los problemas de manejo y las malas tomas de decisiones que tuvieron sus jugadores, retorció el poste izquierdo del banco de suplentes tantas veces como se sentó y se volvió a poner de pie.

Como ocurrió hace ocho años, Bielsa había sido el último en salir al campo de juego y fue el primero en meterse en el túnel, cabizbajo, con los anteojos colgando y delineando una nueva vuelta de tuerca a su estrategia.

Su primera sensación fue de "decepción", después no pudo ocultar su "tristeza" y al final reconoció que "daría lo que no tengo por continuar en el Mundial".

"Equivocados o no en cuanto a la elección de los métodos hicimos lo máximo dentro de la nobleza para imponerlos. Fue una expresión de amor propio valiosa. Es difícil asumir que esto ya no nos pertenece", admitió.