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29 de marzo de 2024
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Cine y fútbol: un repaso de "La barra de Taponazo" a "Héroes"
Son pocas las películas sobre fútbol que lograron captar la pasión por el deporte más popular del mundo. El Mundial es una buena oportunidad para recordarlas
30 de junio de 2010
Por Sebastián Martínez

Pese a ser la gran pasión atlética universal y consecuentemente el negocio más rentable del mundo deportivo, el fútbol no ha dado a la pantalla grande obras que merezcan una aprobación unánime. Hay que esforzarse por recordar algún título importante que haga girar su argumento alrededor de los 22 jugadores.

En medio de este terreno yermo, hay una película de 1981 que se ha transformado en una referencia ineludible a la hora de ver la “número 5” rodando en la pantalla: Escape a la victoria. Este filme, inolvidable para cualquier futbolero que alguna vez haya entrado a una sala de proyección, reunía condimentos que la hacían irresistible. El director, para empezar, era ya una leyenda. Ni más ni menos que John Huston, creador de clásicos de todas las eras como “El halcón maltés”, “La reina africana” o “Los inadaptados”. El reparto es encabezado por Michael Caine, quien da vida a un ex futbolista británico, que cae prisionero de los nazis en la París ocupada por Alemania. El veterano actor Max Von Sydow, quien encarna a un jerarca del Tercer Reich, le plantea un extraño desafío al inglés: enfrentar a la selección germana contra un combinado de prisioneros.

Y allí comienza el verdadero gancho del filme, porque quienes interpretan a los prisioneros son nada menos que glorias del fútbol mundial de los ‘70: el brasileño Pelé, el inglés Bobby Moore, el polaco Deyna, el belga Van Himst, el holandés Prins y, por supuesto, nuestro eterno Osvaldo “Ossie” Ardiles, quien en medio de la película se manda la mejor “bicicleta” jamás filmada de la historia para dejar pagando a un marcador de punta. Una curiosidad: el arquero del equipo era Sylvester Stallone, quien representa a un oficial estadounidense que intenta entender durante casi dos horas cómo es posible que un deporte se juegue sólo con los pies, pero termina cumpliendo una aceptable labor bajo los tres palos.

De todos modos, si es que existe una película que ha quedado grabada a fuego en el imaginario argentino, ésta no es precisamente una ficción surgida de la pluma de un guionista inspirado, sino un documental británico sobre el Mundial de México ‘86 llamado “Héroes”. Quizás los más jóvenes no lo reconozcan por su nombre, pero es casi seguro que han visto su secuencia más famosa: aquella donde Héctor Enrique le cede la pelota a Diego Armando Maradona, para que éste corra 60 metros, eluda a cinco jugadores ingleses y termine convirtiendo el gol más hermoso de la historia del fútbol. De fondo suenan alternativamente una canción de Valeria Lynch y la voz de Víctor Hugo Morales, preguntándole al Diego: “Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste?”.

Quizás también haya que nombrar al pasar esa curiosidad llamada “La copa”, que lograba la hazaña de reunir en una misma trama a los hieráticos monjes tibetanos y la final del Mundial de Francia 98.

No obstante, si se presta atención a la filmografía producida en estas pampas, uno terminará notando que, yendo más atrás en el tiempo, los realizadores argentinos también supieron poner un ojo en las grandes emociones que nos deparó el deporte nacional.

De hecho, ya en la era del cine mudo, en 1932, el director Alejandro del Conte llevó a la pantalla “La barra de Taponazo”, en la que rendía homenaje al gran Bernabé Ferreyra y en la que actuaba nada menos que el tanguero Julio De Caro. Cinco años más tarde, aparecería un joven Luis Sandrini para protagonizar “El cañonero de Giles”, un extraño y cómico filme donde un hombre corriente se transformaba en un temible goleador cuando escuchaba ladrar a los perros.

Pero la película emblemática del cine nacional sobre el fútbol es y seguirá siendo la conmovedora “Pelota de trapo”, del maestro Leopoldo Torres Ríos, estelarizada en 1948 por Armando Bo y el pibe Andrés Poggio, más conocido como “Toscanito”.

Aunque también hay otros títulos que vale la pena recordar:

“Sacachispas” (1950): con guión de ese procer del periodismo deportivo apodado Borocotó.

“Escuela de campeones” (1950): sobre una idea de Homero Manzi, uno de los más grandes letristas de tango de todos los tiempos.

“El hincha” (1951): creada por la insigne pluma del genial Enrique Santos Discépolo.

“El hijo del crack” (1953): dirigida por padre e hijo, Leopoldo Torres Ríos y Leopoldo Torres Nilson.

“El cura Lorenzo” (1954): protagonizada por Angel Magaña e inspirada en la fundación de San Lorenzo de Almagro.

“El crack” (1960): realizada por José Antonio Martínez Suárez (el hermano de Mirtha Legrand) y en la que tenían su participación “El Charro” Moreno, José María Muñoz y Pipo Mancera.

“Pelota de cuero” (1963): dirigida por Armando Bó, protagonizada por su hijo Víctor y nuevamente con guión de Borocotó.

“La Raulito” (1975): sobre la vida de la más conocida fanática de Boca Juniors y con una recordada interpretación de Marilina Ross.

“El camino de San Diego” (2006): retrato de Carlos Sorín sobre el fanatismo por Diego Armando Maradona y una extraña procesión por las rutas argentinas.