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19 de abril de 2024
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$ 11 millones para hablar pestes de los que piensan distinto
Es lo que le pagará la "TV Pública" al productor Diego Gvirtz para seguir haciendo "6,7,8", el espacio dedicado a atacar con dureza a los opositores y al periodismo crítico
30 de junio de 2010
Un total de 11 millones de pesos anuales le pagará la TV Pública, es decir la plata de todos los contribuyentes argentinos, al productor Diego Gvirtz para seguir haciendo "6,7,8", el programa dedicado a destruir a todo aquel que piensa distinto a Néstor Kirchner.

El canal estatal pagará un 150% más que el año pasado a la productora PPT por la producción del controvertido programa 678 que se dedica a atacar opositores y periodistas críticos.

La cifra anual que embolsará Gvirtz, cerebro de PPT (Pensado Para Televisión), alcanza los 11 millones de pesos, más un porcentaje de la publicidad que se emitirá en su programa.

PPT pasó de cobrar 20.000 pesos por programa en 2009 a 50.000 pesos en el corriente año. En el contrato se establecen 26 emisiones mensuales por lo que la cifra final asciende al 1.300.000 pesos más IVA.

Además, Gvirtz cobrará un porcentaje especial por la publicidad. En el punto 10 del contrato celebrado con fecha 9 de abril de 2010, establecen compartir ingresos con la publicidad no tradicional (PNT): El 50 % de lo que se comercializa va para Pensado Para Televisión y el otro 50 % es para RTA (Radio y Televisión Argentina). En cuanto a la publicidad tradicional el arreglo es similar: Si PPT vende un espacio, se divide 50 y 50. Si lo comercializa Canal 7, el ingreso es todo para el Estado.

El contrato (ver galería de imágenes) fue difundido por el periodista Luis Ventura. Perfil.com llamó 14 veces durante tres días a Tristán Bauer, el funcionario que firmó el contrato por parte del Servicio Nacional de Medios Públicos, pero nunca hubo una respuesta para saber por qué se había incrementado el contrato, aparte de que se había agregado una emisión semanal más. Varias veces, el vocero Roberto Olivieri prometió una respuesta, pero cada vez que se volvió a llamar a Bauer, se encontraba en reuniones imposibles de interrumpir. Y así estuvo durante 72 horas.

Más allá de la polémica por el nivel de aumento de los honorarios de Gvirtz, lejos, muy lejos, de la inflación anual que señala el Indec, también es llamativa la cláusula que restringe la libertad de acción en cuanto a contenidos. En un contrato previo era explícita la aprobación de los invitados para las emisiones dominicales. El punto 1.7 del contrato decía: " La productora comunicará a la Dirección Ejecutiva o a la Gerencia Artística de SNMP (Servicio Nacional de Medios Públicos) el nombre del invitado o invitados a más tardar a las 18 horas del día jueves previo a la emisión del programa, si la Dirección Ejecutiva o la Gerencia Artística de SNMP no aprobaran la presencia del invitado o invitados, la productora propondrá su sustituto a mas tardar el viernes previo a la emisión del programa. Si el sustituto no resulta aprobado por SNMP se cancelará la emisión del domingo siguiente sin que las partes puedan reclamarse nada recíprocamente por tal evento".

Esta cláusula del contrato, que venció en diciembre, no volvió a ser escrita en el nuevo documento.

Y eso puede ocurrir por dos razones. Una es que al Gobierno ya no le interesa supervisar qué invitados lleva Gvirtz a su programa 678. La otra razón, y tal vez la más problable, es que el productor ya dio demasiadas muestras de sumisión al kirchnerismo que ni siquiera necesita una claúsula de reaseguro.