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26 de abril de 2024
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Tiempo de revancha
La Selección buscará vengarse de la derrota de hace cuatro años frente a Alemania en Berlín para avanzar otro paso rumbo a la final y comenzar a quitarse una espina clavada en la piel desde Italia 1990
2 de julio de 2010
Por Emiliano Rodríguez, enviado especial de Asteriscos.Tv

“Revancha”, una palabra que revolotea por la concentración de Argentina desde el domingo pasado, cuando quedaron sentadas las bases del gran duelo de este sábado en Ciudad del Cabo entre la Selección de Diego Maradona y Alemania, por los cuartos de final del Mundial 2010 (16:00 hora de Sudáfrica, 11:00 de Buenos Aires).

En declaraciones a la prensa, los jugadores nacionales intentan restarle dramatismo al encuentro en el estadio Green Point e incluso bajarle el tono a la polémica generada en la previa por sus colegas alemanes Bastian Schweinsteiger y Philipp Lahm, que tildaron de “provocadores” y “malos perdedores” a los argentinos.

Sin embargo, el técnico Diego Maradona confirmó que en la intimidad del plantel sus pupilos están deseosos de salir a la cancha para tomarse “revancha” de aquella derrota por penales de 2006 en el estadio Olímpico de Berlín frente a los germanos, en un encuentro también por los cuartos de final del Mundial.

En este contexto la Selección enfrentará a los alemanes, por un lugar entre los cuatro mejores equipos del Sudáfrica 2010 y también con la ambición de comenzar a cerrar una herida que permanece abierta desde Italia 1990, cuando el árbitro mexicano Edgardo Codesal sancionó un cuestionado penal para el conjunto germano en la final y los teutones vencieron 1-0 a Argentina, el día que Maradona terminó llorando en Roma, mientras los dirigidos por Franz Beckenbauer levantaban la Copa del Mundo.

Aquella espina permanece clavada en la piel de los hinchas nacionales y sobre todo en la carne del más grande, convertido ahora en el abanderado de la ilusión argentina en Sudáfrica: Maradona, un hombre que sabe cómo lastimar a los germanos (lo demostró en México 1986) y confía plenamente en que la Selección nacional, armada a su imagen y semejanza, logre este sábado dejar fuera de combate a la Nationalmannschaft.

Pasión, garra, concentración al 100 por ciento, atrevimiento; fuego sagrado… El conjunto albiceleste necesitará echar mano a todos sus atributos deportivos y anímicos para sortear con éxito su compromiso de mayor riesgo hasta el momento en el certamen, y dar un paso más rumbo a la gran final del próximo domingo 11 de julio en Johannesburgo.

Si bien esta versión 2010 del equipo alemán es más dúctil con la pelota que selecciones anteriores, gracias a los aportes individuales de los talentosos Mesut Özil y Lukas Podolski, los germanos se mantienen fieles a su estilo de juego estructurado y de rigurosa disciplina táctica, con la cual esperan neutralizar a las figuras del conjunto argentino, lideradas por el genial Lionel Messi.

De todos modos, está claro que la Selección cuenta en sus filas con jugadores capacitados para romper cualquier esquema y generar situaciones de peligro, como ya lo demostró por ejemplo en Múnich el marzo pasado, cuando los dirigidos por Maradona superaron 1-0 a Alemania en un amistoso, con gol de Gonzalo Higuaín.

Este sábado, Maradona repetiría por primera vez un equipo en el campeonato, ya que le daría continuidad a la formación inicial que presentó el domingo pasado frente a México (3-1), por los octavos de final.

Se esperaban cambios en la alineación, después de algunos comentarios del técnico sobre el rendimiento de la Selección contra los aztecas. Es más, el propio Diego había expresado que tenía dudas con respecto a los 11 titulares.

Pero al final no habría cambios en la formación y Argentina alistaría a Sergio Romero; Nico Otamendi, Martín Demichelis, Nico Burdisso y Gabriel Heinze; Maxi Rodríguez, Javier Mascherano y Ángel Di María; Lionel Messi, Higuaín y Carlos Tevez.

El ganador del cruce de este sábado en la bellísima Ciudad del Cabo enfrentará el próximo miércoles en Durban a España o a Paraguay. Quien pierda, deberá regresar a casa.