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29 de marzo de 2024
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Scioli dice que no necesita "andar con desplantes”
Rechazó segundas lecturas sobre sus recientes fotos en las que se lo ve con opositores y disidentes. Sostuvo que los principales enemigos son "la droga y al delincuencia"
19 de septiembre de 2010
El gobernador bonaerense rechaza segundas lecturas sobre las recientes fotografías en las que se lo ve con opositores y disidentes, explicó por qué lo llaman “el pacificador”, recordó con cariño a Carlos Menem y definió a los enemigos centrales de su batalla: “la droga y la delincuencia”.

En una entrevista realizada por Magdalena Ruiz Guiñazú para el diario Perfil, Scioli sostuvo que construye su carrera política "trabajando. No necesito dar portazos”.

Han pasado ya varios días desde la dura reprimenda que el ex presidente Kirchner aplicó, en el acto de Boca, al gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Fue particularmente amenazante el énfasis que el ex presidente puso en la palabra “amigo” cuando, como es público y notorio, le exigió a Scioli “...que nos diga quién le ata las manos para no solucionar el problema de la inseguridad en la provincia...".

Con un notable dominio sobre sí mismo y el rostro desencajado por el esfuerzo, el gobernador guardó silencio.

—¿Cómo se siente hoy, gobernador, luego de que toda la prensa nacional comentara el episodio?

—Mire, aquí lo importante es la cuestión de fondo: la seguridad ciudadana, y por eso es un tema que entiendo que es una prioridad en las demandas sociales. Por eso le dedicamos (desde cada área de nuestro gobierno) una efectividad que pueda influir en esta realidad. Particularmente, en la lucha contra la droga y todas las consecuencias que puede traer el narcotráfico cuando no es detenido a tiempo. Es decir, el avance territorial, el lavado de dinero… en una palabra, lo que se produce con estas organizaciones cuando se enquistan en la sociedad. Y los avances que se han logrado en este tema son significativos en función de los volúmenes que hemos secuestrado. También el proceso de desarme en la provincia. Ir recuperando armas, convocar también al desarme voluntario, trabajar mucho en la prevención desde una visión moderna que está relacionada con las nuevas tecnologías… Esto es el trabajo cotidiano y es mi compromiso y mi responsabilidad...Yo entiendo y me preocupo porque sé que esto también preocupa a la gente.

—¿Es quizá por eso, gobernador, que usted, cuando habla de estos temas, dice: “Soy un pacificador”? La verdad es que después de lo de Boca Juniors, el público quedó sorprendido. Sin embargo, a lo largo de toda su carrera política, usted ha demostrado una verdadera vocación “pacificadora”. Por eso, con toda franqueza, resulta sorprendente que usted pueda ensamblarse con Kirchner, que es un confrontativo.

—Bueno, depende desde qué visión se miren las cosas Y también que la gente pueda complementarse en cuanto a sus personalidades, ¿no es cierto? Y esto ocurre en todos los órdenes de la vida. Yo no soy igual a Karina, mi mujer. En muchas cosas tenemos una visión diferente, caracteres diferentes, reacciones diferentes frente a los mismos estímulos pero, bueno... Hace 25 años que estamos juntos. Y esto también me ocurre con amigos, con compañeros de trabajo. Esto por un lado y, por otro, dadas las altas responsabilidades institucionales que el pueblo argentino me ha confiado en su momento como ser vicepresidente de la Nación, luego secretario de Turismo y Deportes en un momento muy difícil para el país, y me exigieron mucho en todo momento. Uno va aprendiendo. Por ejemplo, desde la transición del gobierno de Menem (a quien le guardo cariño y respeto) y lo que después fue el período tan difícil que terminó con la crisis de 2001, tuve que atravesar situaciones muy complejas en las que siempre pensé, en primer lugar, en la Argentina, en nuestra gente. Desde luego que buscando siempre de qué manera podía influir positivamente en el país. A lo mejor en esos momentos la gente esperaba que yo tuviera una reacción distinta. Pero luego, con el tiempo, se escuchan los silencios, se interpretan los silencios, se comprenden las situaciones y siempre hay tiempo para aclarar las cosas.

—A propósito de aclarar...

—Mire, lo de pacificar, ¿a qué lo estoy vinculando? Gobernar esta provincia es ir descomprimiendo, permanentemente, conflictos, y acercando posiciones. Esta es una provincia muy compleja. Es apasionante porque a la vez tiene una gran diversidad: sectores productivos, 500 mil trabajadores públicos, 50 mil policías, y permanentemente uno tiene que mediar y la verdad es que mi propia experiencia de vida me ha llevado a forjar mi personalidad con esa característica. Y le explico: en la vida personal las cosas que me han pasado, igual que en la vida familiar, en todos estos años de mi vida deportiva determinadas circunstancias me exigieron siempre mucho y estoy hecho en esa cultura del esfuerzo y de la perseverancia. ¿Sabe? A veces el hecho de no responder o de no actuar…

—…frente al agravio, Scioli…

—…exige un determinado nivel de reflexión.

—Por eso le dicen que usted es un pacificador; incluso, una de las cosas que se comentan es que después del episodio en Boca, usted tuvo una conversación privada con Kirchner donde le dijo lo que tenía que decirle pero que, cuando él lo invitó a la quinta de Olivos, usted no quiso ir.

—No, mire, no es así. Hay tantos dimes y diretes, telenovelas, con toda esta cuestión de rumores y cosas, que yo pediría prudencia, porque nada de eso es cierto y la verdad es que las cosas no son así. Obviamente nos vemos, nos vemos.

—¿O sea que no es cierto su rechazo de ir a Olivos?

—No. ¿Cómo voy a rechazar una cuestión así? No, no, no.

—Bueno, ese es el chimento que corre.

—Yo tengo una actitud respetuosa hacia la institucionalidad, respetuosa por la Presidenta y por el presidente del partido. Soy respetuoso con todos.

—Sí, pero tiene sentido del humor. El otro día, en la fiesta de PERFIL, cuando le sacaron una foto con Macri usted dijo: “Esta foto me va a causar problemas”.

—¡No es verdad¡ Y lo sabe la gente que estaba ahí. Lo que ocurrió es que Karina que la conoce a Juliana Awada, la actual pareja de Mauricio, su futura esposa, empezó a preguntarle “Che, ¿es verdad que se casan?”, nada más que eso. Ahora, también creo que hay cuestiones en la política argentina que tenemos que desdramatizar. No puede ser que a una cosa tan normal como es un nuevo aniversario del diario PERFIL (a los que he concurrido en otras oportunidades), donde yo saludé a diferentes dirigentes políticos y personalidades, se le quiera dar una interpretación especial. Para mí esto es algo absolutamente normal. También dijeron: “Uy, la otra foto que se sacó fue con el intendente de la ciudad de La Plata” (N.d.R.: Pablo Bruera), mientras entregábamos premios a 12 docentes que hicieron trabajos excepcionales sobre derechos humanos. ¿Usted cree que yo puedo decirle a uno de esos docentes “Señor, esa foto, no”? Yo tengo un gran respeto por la institucionalidad. (Con Bruera) es obvio que compartimos una actividad política, pero desde lugares y espacios distintos.

—¿Sabe qué pasa, Scioli? Como usted no fue a la clínica cuando lo internaron a Kirchner...

—Seguí los hechos momento a momento. Y el ex presidente lo sabe. En todo momento seguí la patología desde el mismo instante en que se produjo y yo sé por personas que han vivido este tipo de situación que, en esas circunstancias, se recomienda tranquilidad. Y aconsejaron no acercarse a la clínica.

—¿Usted tiene conciencia, gobernador, de que todos estos comentarios se formulan también porque usted mide bien en las encuestas y tiene buena imagen?

—Esa es otra de las cosas difíciles. Yo, desde hace siete años, seguí siempre una dinámica permanente: ver, buscar. Y la verdad es que yo construyo mi carrera política trabajando. No necesito andar con desplantes ni a los portazos. Tampoco buscando especulaciones, diferenciaciones. Lo hago con un trabajo cotidiano tratando de honrar la confianza que, en este caso, depositó en mí el pueblo de la provincia de Buenos Aires. Hoy puedo, con orgullo, mostrar una provincia pujante en lo productivo, creciendo en lo social, con grandes obras en los barrios. Y esto también es fruto de un trabajo en equipo, porque también es un cambio el hecho de haber entendido que la provincia por sí sola no puede enfrentar los problemas que tiene si no lo hace a nivel nacional. De la misma manera los municipios. Y si hay encuestas que señalan lo que usted dice debe ser porque me estoy ocupando y estoy haciendo lo que la gente quiere que haga un gobernador. Me estoy ocupando de la seguridad.

—¿Qué novedades hay en ese aspecto?

—A ver. Nosotros estamos enfrentando delitos de características violentas que exigen una ecuación real por parte de los tres poderes del Estado. Esta es una realidad. Y por eso he dispuesto aumentar los efectivos del Grupo Halcón. Quiero duplicarlos porque estamos enfrentando a verdaderas bandas armadas. En el último operativo que hicimos en La Matanza secuestramos armas tumberas, escopetas recortadas, incluso algunas con las balas “matapolicías” porque tienen fuerza suficiente como para perforar los chalecos antibalas. Advierta usted cuál es el tipo de estas organizaciones. Entonces ¿qué tenemos que hacer? Adecuar la legislación vigente, trabajar con la Justicia, hacer los cambios que sean necesarios en cuanto a prevención. Con cámaras, con la extensión del servicio 911 y readecuando las leyes porque el delito va tomandodistintas formas. En su momento fueron los secuestros, ahora son las salideras bancarias. Entonces yo, frente a esto, no me puedo quedar comentando, sino actuar. La acción es hacerse cargo. Esto es un denominador común. A mí no me van a escuchar brindando excusas sino haciéndome cargo en lo que se refiere a mis atribuciones constitucionales. Y en esto voy a hacer todo lo que esté a mi alcance atacando las causas más profundas, como la exclusión social, la problemática juvenil.

—Justamente, gobernador, hace algunos días hicimos una nota con los padres que integran clubes de rugby de zona norte y que ahora han hecho convenios con padres de clubes de rugby de zona sur. Quieren evitar los accidentes por exceso de velocidad, por ejemplo, en las autopistas. Muchos padres dicen: “Mi hijo no toma alcohol” y eso no es cierto. En los pre-boliches todos los chicos toman alcohol y parecería, por la cantidad de accidentes, que éste es realmente el tema.

—Yo impulsé una Ley de Nocturnidad y me decían “No, no va a funcionar”. Era poner límites, y el resultado es que el número de chicos intoxicados con alcohol bajó un 80% en las guardias de los hospitales. Ahora, yo he pedido también que, a las clausuras nuestras, se unan por parte de la Justicia las sanciones correspondientes. A la vez les pido a los padres que me ayuden en la previa. Como gobernador, por estar a la cabeza del Ejecutivo, hay cosas que están a mi alcance como, por ejemplo, haber impulsado esta ley de controles, pero no me puedo meter en la casa privada de una familia y decirles a los adolescentes “no hagas esto o lo otro”. El tema de seguridad vial, por ejemplo, control de alcoholemia, radares... Yo no me puedo subir a cada auto y pedir que se coloquen el cinturón de seguridad.

—Pero los chicos, gobernador, dicen que el control de alcoholemia es bastante flojo en la provincia y que, por eso, van a bailar allí en vez de ir a los boliches de la Capital. ¿Es cierto eso?

—Hacemos un intenso control de alcoholemia. La provincia es muy grande. Tan grande como Italia. Con miles de kilómetros de ruta. Pero estamos encima del tema. Prueba de esto son los resultados. Más allá de lo que dicen algunos, los accidentes viales han bajado en forma contundente y especialmente en lo que se llamó (en su momento) “la ruta de la muerte”. Me refiero a la Ruta 2. Y esto es fruto de una mayor responsabilidad de los conductores, de las campañas de concientización y de los controles. Pero también ahora tenemos los problemas del crecimiento, la ruta es el reflejo del libre curso de la economía. Y la economía crece. Acabo de tener una reunión con una empresa líder en camiones que está haciendo un concurso para premiar al mejor conductor y yo estoy preocupado con el tema de los accidentes viales de los choferes de los micros o de los camiones. Para que usted se dé una idea, manejar un micro o un camión es una tarea muy compleja y exige una capacitación. Un camión suele llevar un acoplado y cuando comienza a pasar a un auto debe tener muy claro el espacio del que dispone. Lo mismo un chofer de micro. Recuerde la lucha que tuvimos, en su momento, con los micros de dos pisos que mordían la banquina y volcaban. Para mí, cuidar la vida es un denominador común en todas las áreas de nuestro gobierno. Cuidar la vida en la noche; cuidar la vida contra la droga; encauzar a los jóvenes en la cultura de la vida. Pero también hay que investigar en las causas profundas que llevaron a muchos jóvenes (sin rumbo) a perder el valor de la vida. Y le aseguro que nos encontramos con situaciones muy dramáticas. De todo esto nos estamos haciendo cargo. También de las cloacas que faltan, del agua potable, de las viviendas. Y esto significa también buscar la pacificación en una provincia.

—Gobernador, ¿y cómo le caen los ocho intendentes que se han independizado del kirchnerismo?

Scioli se fastidia ligeramente y explica:

—Yo creo que estamos viviendo una democracia intensa. Con un fuerte debate. Y en buena hora. Porque es bueno para el país, para la provincia. Es bueno para la gente que haya mucha movilidad en los partidos políticos. Entre todos los dirigentes. Yo creo que lo bueno es ver cuánto hemos avanzado y seguir construyendo el futuro. Después veremos lo que haya que corregir. Por ejemplo, yo trabajo pensando en las nuevas demandas sociales, en la agenda del futuro. ¿Y sabe de lo que me estoy ocupando mucho? Del tema ambiental. Desde que lo escuché a Al Gore en una conferencia me dije: “Este es el tema”.

—¿Por ejemplo, qué va a hacer con los basurales?

—Hemos cerrado 35 basurales, y donde antes había basurales ahora hay espacio público recuperado. Hay chicos que están jugando en una plaza. Impulsamos las energías alternativas: la eólica, el bio-combustible, la energía solar. Estamos reforestando en toda la provincia. En noviembre pienso viajar a Israel justamente para conocer la experiencia que ellos han hecho.

—Usted debe saber, gobernador, que algunos encuestadores le están dando la mejor imagen entre los oficialistas y la mejor intención de voto respecto de cualquier opositor. Me imagino que esto debe ser muy estimulante.

—Quiere decir que esto me exige todavía más responsabilidad que nunca. Humildad, trabajo, prudencia, buscar consenso, seguir adelante con estos lineamientos que tiene nuestro gobierno, que son estratégicos y que expresan el cambio en la provincia de Buenos Aires y la realidad de la provincia. Y esto quiere decir que tengo que seguir, codo a codo, trabajando para encontrar soluciones con la presidenta de la Nación, con los intendentes.

—¿Y con Duhalde, que parecería abrirle las puertas del justicialismo disidente?

—Bueno, la verdad es que cuando recibo un reconocimiento o un comentario así a uno lo gratifica y lo reconforta desde el punto de vista de que así se destacan estos rasgos de mi personalidad. Y a esto no hay que atribuirle ninguna especulación ni ninguna otra cuestión política. Duhalde lo hace porque, bueno, me vio trabajar en un momento muy difícil para la Argentina. Me conoció en profundidad tanto en lo humano como en lo político. Luego asumí otras responsabilidades como vicepresidente y ahora como gobernador muy comprometido con este proyecto. En democracia tenemos que tomar las cosas con más naturalidad. No es posible que a una foto se le quiera dar una lectura política o, como en el caso de un comentario de un ex presidente, se le atribuyan estas interpretaciones. Hay que entender el significado de la palabra “pacificador”.

—A ver, a ver...

—Pacificador es una persona que busca descomprimir las situaciones que se van generando. Eso lo he hecho siempre. Incluso en cada situación límite con la que me he enfrentado en la vida he respondido de una manera reflexiva. Yo respondía de manera impulsiva cuando manejaba una lancha a 250 kilómetros por hora, pero hoy gobierno una provincia con 16 millones de habitantes y entonces tengo que pensar en todos los “tripulantes” que llevo conmigo y tengo que cuidar la vida de todos ellos. Mi misión tiene que ser buscar el bien para toda la provincia. Ese es mi mandato y mi responsabilidad.

—Su respuesta es buena, pero daría la sensación de que, en este momento, un acercamiento de Duhalde le complica la vida.

—Yo no me lo tomo así. Porque la verdad es que, en estas circunstancias, lo tomo como de alguien que, en el marco de la democracia, emite una opinión sobre un episodio que ha tomado estado público. Como lo han expresado también otros dirigentes. Pero yo no puedo perder de vista el fondo de la cuestión, más allá de las interpretaciones que le pueden haber dado a mis palabras, que yo he aclarado el día 3 de septiembre en una conferencia de prensa que di para todo el país; para poner las cosas en su lugar, expliqué la política de seguridad ciudadana, el sentido de mis palabras porque, también por respeto a la familia Píparo, yo no podía polemizar o introducir cuestiones políticas en una situación tan desgraciada. Esto es lo que aclaré en su momento. Y luego ¿la cuestión de fondo cuál es? La batalla entablada contra la delincuencia, contra la droga. Ese es el eje de la cuestión y lo que me preocupa. Ese es mi enemigo y mi adversario. Las bandas y la droga que quieren afectar nuestra convivencia.

Y mientras avanza la mañana y la oficina de prensa de la gobernación reclama la presencia de Scioli, él hace un último balance:

—Tengo, como todos, aciertos y errores. Tengo fracasos pero también un buen temple. ¿Y sabe por qué? Por las cosas que me han pasado. Yo perdí un brazo. Hace ya veinte años. Acaban de cumplirse. Y no renegaba contra lo que me había pasado. Pensé: “Tengo que elaborar esto y ver cómo sacar afuera lo mejor de mí mismo y superar esta adversidad y estas dificultades”. Y siempre en esas circunstancias recuerdo lo que decía mi abuelo: paciencia, perseverancia y prudencia Fue un buen consejo. No me falló nunca.