De acuerdo con Sel Consultores, "la clase media no asalariada o asalariada fuera de convenio tiene, en promedio, una menor capacidad de defensa del ingreso que los asalariados que negocian colectivamente". En un escenario inflacionario, eso se traduce en que, si bien no padecen la situación de quienes no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas, el consumo se encarece y se deteriora la capacidad de compra.

En una mirada retrospectiva, el trabajo señala que "desde inicios de 2007, cuando la inflación comenzó a acelerarse (y junto con ello principiaron las distorsiones en el IPC oficial) los precios de la canasta de consumo de la clase media se duplicaron".

En el Indice de Precios al Consumidor (IPC) oficial, "los consumos típicos de la clase media están subrepresentados, o a veces excluidos", se añade. Lo que sucede, según esta visión, es que "muchos de estos consumos no están regulados, o estándolo, el Gobierno admite para ellos ajustes de precios superiores a los que reconoce para el nivel general".

La estimación del Indec calcula que hasta el mes pasado, los precios subieron en general un 7,5%, cifra que contrasta con el 17% vertido por la consultora que dirige Ernesto Kritz.

"En el primer trimestre, la inflación interanual de la clase media fue de 19%; en el segundo de casi 22% y en el actual de más de 23%", especifica Sel, que expone ejemplos ilustrativos de los incrementos, previa advertencia de que esos consumos corresponden sólo a una parte de la canasta de bienes y servicios de la clase media. "Probablemente, son reveladores de sus patrones diferenciales de gasto y ?no menos importante por sus implicaciones políticas- de sus demandas mínimas de bienestar", concluye el informe.