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8 de mayo de 2024
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Renunció el jefe de la Policía de Ecuador por la revuelta
Dejó su cargo tras no poder contener la feroz sublevación policial que casi le cuesta el gobierno a Correa. La revuelta tuvo en vilo al mundo
1 de octubre de 2010
La rebelión policial en Ecuador que mantuvo en vilo al país tuvo hoy entre sus primeras repercusiones la renuncia a su cargo del jefe de la Policía, Freddy Martínez, quien no logró contener la revuelta que ayer afectó al gobierno del presidente Rafael Correa.

Martínez intentó por la mañana de ayer explicar a los sublevados que la nueva Ley de Servicio Público los beneficiaría, pero los policías se negaron a cambiar de postura y mantuvieron el alzamiento. La crisis terminó durante la noche, cuando Correa volvió al palacio de gobierno tras pasar varias horas sitiado en el Hospital de la Policía y ser luego rescatado por militares en medio de un feroz tiroteo.

El Palacio de Carondelet amaneció hoy con una fuerte presencia militar y con varios seguidores de Correa que se hacían presentes para manifestar su apoyo al presidente. Allí, al palacio presidencial, llegó Correa tras ser rescatado, luego de un intenso tiroteo, del hospital en el que los sublevados lo mantenían atrapado.

Allí, ante la euforia de sus seguidores, Correa aseguró que las tropas sublevadas "fueron manipulados por partidos que quieren conspirar". Y agregó: "Es uno de los días más tristes de mi vida y de mi gobierno, a causa de un grupo de desquiciados por la infamia de los conspiradores de siempre".

La sublevación se había desencadenado por la mañana en Quito, la capital del país. Correa, quien se repone de una operación de rodilla, se dirigió hacia el destacamento que era epicentro del levantamiento con la finalidad de mediar en el conflicto.

Lo hizo sólo con unos pocos guardias personales y, mientras se encontraba allí, agentes comenzaron a tirar gases lacrimógenos, uno de los cuales cayó muy cerca del Presidente, por lo que se informó que debía ser atendido y fue trasladado al hospital policial.

Cuando estaba siendo atendido, comandos policiales rebeldes tomaron control del edificio, si bien permitieron que el jefe de Estado permaneciera en una sala, comunicado con el exterior. "Estoy secuestrado; no me siento seguro", había afirmado el mandatario en comunicaciones telefónicas.