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24 de abril de 2024
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BRASIL A BALOTAJE: SILVA, LA SORPRESA
Con 99,81% de las mesas, Rousseff obtuvo el 46,9% y no consiguió evitarlo, frente al 32,6% de Serra. Silva, la gran sorpresa (19,3%). Comicios serán el 31 de octubre
3 de octubre de 2010
Más de 111 millones de brasileños acudieron a las urnas para elegir al sucesor de Luiz Inacio Lula da Silva, en unos comicios en los que la candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff ganó la primera vuelta pero no alcanzó el número de votos necesarios para ser electa presidenta, por lo que deberá enfrentar al socialdemócrata José Serra el 31 de octubre.

"Podemos confirmar que habrá segundo turno en las elecciones presidenciales", dijo el presidente del Tribunal, Ricardo Lewandowski, al culminar el escrutinio.

Con 99,49% del escrutinio terminado, la candidata del popular presidente Luiz Inacio Lula da Silva, de 62 años y que lideró las encuestas con amplia ventaja desde el inicio de la campaña, alcanzaba 46,81% de los votos válidos, contra 32,65% de su principal adversario, el ex gobernador de Sao Paulo de 68 años, José Serra.

La sorpresa de la jornada fue el voto por la candidata del Partido Verde, Marina Silva, que sumaba 19,39%, muy por encima de lo estimado por las encuestas.

Rousseff, cobijada por Lula durante la campaña, prometió detallar mejor sus propuestas al electorado para la segunda vuelta.

"Encaro esta segunda vuelta con mucha garra y energía, porque tendré la oportunidad de detallar más propuestas y mis proyectos", dijo Rousseff en la sede de su comité de campaña después de oficializado el resultado.

Rousseff estaba junto a varios dirigentes partidarios, todos con semblantes serios tras el resultado electoral.

Serra, que terminó su campaña convocando a los brasileños a forzar una segunda vuelta electoral, aún no se había pronunciado sobre los resultados de la jornada electoral.

De su lado, Marina Silva, de 52 años, se congratuló por un resultado que consideró una "victoria", a pesar de haber quedado fuera del segundo turno.

"Esta jornada nos deja felices. Salimos victoriosos. Defendimos una idea victoriosa y Brasil escuchó nuestro llamado", dijo Silva en un multitudinario acto del Partido Verde en Sao Paulo, después de sorprender con casi 20 millones de votos, 5% más que lo que le daban los sondeos preliminares.

Silva, que fue compañera de Rousseff en el gabinete de Lula, llamó al Partido Verde a iniciar de inmediato una amplia discusión interna sobre la política de alianzas a seguir para el balotaje, pero dejó claro que quien quiera contar con su capital electoral deberá adoptar su agenda.

Para ser declarada vencedora en primera vuelta, Rousseff debería haber conseguido el 50% de los votos válidos (todos menos los nulos y en blanco) más uno. El resultado de Silva explica el registro peor de lo esperado de Rousseff.

El politólogo Carlos Alberto de Melo estimó en diálogo con la AFP que la gran diferencia entre la votación a Rousseff y lo que preveían los sondeos antes de los comicios se debe a que "no se contaba con la votación a Marina Silva".

"Creo que se trata un poco de voto de protesta de un sector del electorado que no se convencía ni con Dilma (Rousseff) ni con (José) Serra (...) y finalmente acaba votando a Marina tal vez para ganar tiempo y forzar un segundo turno", explicó de Melo, profesor del Instituto de Enseñanza e Investigaciones Insper, un centro de análisis independiente de Sao Paulo.

En las elecciones para gobernador, los estados más influyentes del país, Sao Paulo y Rio de Janeiro, quedaron en manos repartidas este domingo: la oposición gobernará el rico estado industrial Sao Paulo y el oficialismo conservó el mandato en Rio de Janeiro, un distrito petrolero que acojerá los Juegos Olímpicos en 2016.

La oposición conservó el importante estado de Minas Gerais mientras el oficialismo reconquistó Rio Grande do Sul, donde el Partido de los Trabajadores inicó sus conquistas políticas.

ula votó en la mañana en la ciudad de Sao Bernado do Campo, en la periferia de Sao Paulo, donde comenzó su carrera de líder sindical, donde afirmó que Brasil está "viviendo un momento extraordinario de consolidación de la democracia" y de "madurez política".