Sayad, el hijo de Sakineh Mohammadi Ashtiani, la iraní que fue condenada a morir lapidada en Irán, fue detenido por la policía iraní junto al abogado de su madre y dos periodistas alemanes.

Así lo informó hoy el Comité Internacional contra la Lapidación con sede en Alemania.

La vocera del Comité, Mina Ahadi, señaló que las fuerzas de Seguridad iraníes entraron en la oficina del abogado Houtan Kian en la ciudad de Tabriz y detuvieron a las cuatro personas, de las que no se ha vuelto a tener noticias desde entonces.

Ahadi explicó que la policía entró en el despacho hacia las siete de la tarde hora local mientras los dos periodistas alemanes entrevistaban a Sayad de 22 años. Los reporteros fueron identificados por motivos de seguridad y por pedido de su medio en Alemania.

Según la edición digital de "Der Spiegel", que cita círculos del departamento de Exteriores, los dos periodistas son reporteros de "Bild am Sonntag", el dominical del popular diario "Bild".

Mina Ahadi comentó que uno de los periodistas se encontraba hablando con ella por teléfono cuando entró la policía en el despacho y que la comunicación entre ellos fue interrumpida poco después.

Desde el momento de los arrestos, la vocera del Comité Internacional contra la Lapidación intentó reiteradamente contactar con alguno de los cuatro detenidos a lo largo de varias horas sin éxito.

Ahadi señaló que se pus en contacto con las autoridades alemanas, aunque estas guardan por ahora silencio.

El fiscal iraní Gholam Hossein Mohseni Ejeie confirmó a la prensa de Irán la detención de los periodistas.

"Los primeros elementos de la investigación muestran que esta gente entró en el país como turistas (...) e hicieron preguntas a los hijos de Sakineh Mohammadi. Estos dos extranjeros están actualmente en detención", dijo el fiscal, citado por la agencia ISNA.

Esta no es el primer ataque a periodistas extranjeros. Angeles Espinosa, la corresponsal en Teherán del diario español El País , fue expulsada de Irán al cancelar las autoridades su permiso de residencia.

Desde el Comité Internacional contra la Lapidación han pedido que se incremente la presión contra el Gobierno iraní para que se libere a los cuatro detenidos ayer, así como a Sakineh Mohammadi Ashtiani quien fue condenada originalmente a morir lapidada acusada de adulterio y de haber participado en el crimen de su marido.

Ante la presión internacional, la Justicia iraní modificó su sentencia y dictaminó que la mujer vaya a la horca.