La decisión del gobierno socialista cubano de dejar de subsidiar gran parte de sus tarifas eléctricas reabrió hoy el debate sobre la situación en la Argentina, ya que los costos de la energía en esa isla caribeña pasaron a duplicar o triplicar los que pagan los usuarios de la Capital Federal o el conurbano bonaerense.

Las tarifas eléctricas de la Argentina de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano se mantiene congeladas desde 1992, y el intento del gobierno de ir modificando el esquema de subsidios debió ser dejado de lado ante eventuales costos políticos que
podrían pagarse.

Desde el interior del país vienen haciendo notar la disparidad tarifaria entre lo que pagan por la energía los usuarios de ciudades como Córdoba, Misiones o Luján, y los que abonan los clientes metropolitanos.

El Gobierno cubano anunció un incremento en las tarifas eléctricas para los grandes consumidores del sector residencial a partir de noviembre, lo cual afectará a un 5,6 por ciento de los clientes que reciben ese servicio subsidiado.

La Unión Eléctrica informó de que a los usuarios domésticos que consuman más de 300 kilowatios/hora al mes se les aplicará un incremento progresivo de la tarifa que oscila entre el 15 y el 285 por ciento.

Según Oscar Dores, director de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec), dijo que en la distribución eléctrica seguimos teniendo en la Argentina dos países en materia tarifaria.

"Desde 2000 a la fecha, los que consumen 650 kWh por bimestre en Buenos Aires y Capital, tienen congeladas las tarifas sin ningún tipo de aumento", señaló.

Dores dijo que esto "constituye dos países porque esta zona concentra el 45% del consumo, pero cuando uno se traslada a menos de 50 km del área de prestación Edesur, Edenor y Edelap, se encuentra con tarifas mucho más altas y cuando va a zonas muy pobres como Chaco, Misiones, y además, los saltos tarifarios superan el ciento por ciento".

Dores consideró que esta dispersión tarifaria "no se resuelve de un día para el otro con un aumento del 500 por ciento. Nosotros insistimos que debería haber una convergencia tarifaria entre el interior y los centros más urbanizados del país".

"En Caballito yo pago 30 pesos por 300 kWh; el mismo consumo en Lobos me sale 288. Es decir, estamos nueve veces más cuando hacemos apenas 60 kilómetros", graficó.