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¿Se puede dar vuelta la historia?
Tras la derrota en dobles la pregunta flota en el hincha. El domingo es un día clave para ganar la Davis. El cuarto partido de Nalbandian será clave para saber si hay chance
2 de diciembre de 2006
Por Diego Provenzano

Un domingo "no apto para cardíacos" diría un relator de fútbol destacado para anunciar lo que será la última jornada de la serie por la final de la Copa Davis entre Rusia y Argentina, que seguramente, tendrá todos los condimentos, y en la cual los europeos se imponen 2-1.

Este análisis se desprende luego de que la pareja rusa tuviera uno de esos partidos -el dobles- que pocas veces se repiten, pero que se recuerdan por mucho tiempo, más aun, si traen un aditivo como éste, que es ganar la Ensaladera de Plata.

Porque en ningún momento dejaron reaccionar a los cordobeses Nalbandian y Calleri, a base de un saque potente y juego sólido e impenetrable en la red, Safin y Tursunov fueron claros ganadores.

Con el panorama mucho más complicado, los singles pasan a ser la única salvación argentina, justo ahora, que David jugó un tenis tan malo, como no se recuerde en bastante tiempo atrás.

Pero tan apasionante es esta competencia, que los jugadores comandados por Alberto Mancini, no aflojarán para tratar de darle el gusto a los 500 argentinos que no dejaron de alentar en el estadio Olímpico de Moscú.

Y material hay, por eso, cuando a partir de las 7:00 (hora argentina), Nalbandian salga a la cancha para tratar de estirar la serie a un quinto partido frente a Davydenko, todo un país estará pendiente del resultado.

Después casi seguro llegará la hora de José Acasuso, resguardado del primer y segundo día de competencia, y que tendrá a su admirador número uno (Diego Maradona) en las gradas.

No es poca cosa lo que está en juego: La chance de grabar por primera vez en su historia, el nombre de Argenitna en una de las chapitas de la Ensaladera de Plata. Es cierto, es complicado, pero la esperanza, es lo último que se pierde.

Los tres sets de hoy no pueden ser tomados como parámetros: los parciales (6-2, 6-3 y 6-4), el tiempo (poco más de una hora y media), todo fue distinto al razonamiento previa que presentaba este match.

Pero la realidad dice que los rusos nunca dejaron reaccionar a la pareja argentina, que mostró un bajo rendimiento como conjunto y en individualidades.

Un Nalbandian que parecía ser otro, no el que 24 horas antes había borrado de la cancha a Marat Safin y jugando un tenis por momentos casi perfecto.

Calleri no fue mucho mejor, aunque tuvo puntos en los que demostró estar metido dentro de un partido que había sido calificado como "clave" por el plantel argentino.

El encuentro comenzó totalmente favorable para los anfitriones, que en los primeros games, estuvieron muy finos con el saque y no dejaron crecer la devolución de la visita.

Ya en el segundo game del match, los rusos trataron de imponer presión desde la devolución, y para ayudarlos, Argentina no metía un primer saque, aunque leía bien los movimientos de los locales, para mantener el servicio.

La tremenda efectividad de puntos con el primer saque seguía, y recién en el tercer game se pudo pasar dos veces la pelota por encima de la red.

Para colmo, cuando el saque quedaba en manos argentinas ocurría todo lo contrario: dobles faltas y rápidas oportunidades de break se sucedían en favor de los locales, que además también tenían fortuna en pelotas que tocaban la faja de la red.

Tursunov apeló a lo que mejor hace y con el saque -aportó dos aces- y un par de errores no forzados de los argentinos, los locales se pusieron en ventaja de 4-1.

Encima, en el sexto game y sacando Calleri, los anfitriones pasaron a estar 0-40, aunque los argentinos hicieron cinco puntos seguidos para mantenerse con vida.

Después de un nuevo capítulo del bombardero Safin, Rusia quedó 5-2 y Nalbandian venía a sacar jugando mal, molesto consigo mismo, y con el antecedente de haber sido
quebrado.

Sin poder meterse en el partido, y ante dos devoluciones "made in Nalbandian", Tursunov le entregó a Rusia un primer set que se esperaba más peleado.

El comienzo del segundo capítulo mostró más de lo mismo: los argentinos sufriendo ante cada game de saque que debían afrontar, mientras que los rusos se floreaban con su principal arma del paritdo. Y llegó el cuarto game, con Nalbandian otra vez al servicio.

Para no perder la costumbre, los rusos quebraron ayudados por dos dobles faltas de David, y un par de errores forzados.

Fue la única emoción de un set finalizado 6-3 y totalmente desfavorable para los "albicelestes", que no encontraban -y nunca lo hicieron- el camino al resurgimiento.

El tercero también empezó mal para los cordobeses. Los rusos no quisieron que todo la carga recayera sobre Nalbandian, y en el primer game del parcial definitivo, quebraron el saque del riocuartense.

David y Calleri en ningún momento estuvieron cerca de hacer tambalear la supremacía rusa, que tuvo a un Tursunov explosivo. Si bien en la tercera manga no hubo nuevos quiebres, en ningún momento los locales se vieron en dificultades para poner -con un
6-4- la cereza del postre.

Ni el más esperanzado ruso podría haber imaginado un trámite tan sencillo como el que tuvieron Safin y Tursunov, una pareja que debutaba por Copa Davis.