El escándalo por la filtración de cables secretos del gobierno de los Estados Unidos crecer día tras día y salpica las relaciones diplomáticas con más de una decenas de países, incluyendo la Argentina.

La mayoría de los telegramas que intercambiaron el gobierno de los Estados Unidos y su embajada en Buenos Aires mostraron una gran curiosidad del Departamento de Estado sobre Néstor y Cristina Kirchner, a quienes denominaron como "la pareja gobernante" (ruling couple) o "primera pareja" (first couple).

El intercambio telegráfico, que trascendió a través de WikiLeaks y fue publicado hoy por El País de España, incluyó un cable firmado genéricamente por "Clinton" a mediados de 2009, en donde se piden datos precisos sobre Cristina Kirchner para armar "un perfil".

Entre la información solicitada, el Departamento de Estado se centró en "su estado mental y salud", "su visión política" y su "forma de trabajo".

Un cable secreto anterior, del 22 de marzo de 2009, agradeció sobre la información que había sido suministrada oportunamente sobre la relación de Jorge Taiana, por entonces canciller argentino, con la agrupación Montoneros y sobre su supuesta participación en un atentado contra un bar en 1975.

En otro de los cables secretos sobre la Argentina, el asesor de Barack Obama para la región, Arturo Valenzuela, criticó en duros términos al Poder Ejecutivo argentino "por su intolerancia a las críticas".

Aparentemente, este mensaje estaba vinculado con las quejas de empresas norteamericanas sobre la falta de seguridad jurídica en el país.

Quince días más tarde, la Secretaría de Estado envió otro telegrama en donde adelanta que desea analizar "la dinámica interpersonal en el tándem gubernamental".

"Tenemos un conocimiento más sólido sobre el estilo y la personalidad de Néstor Kirchner que sobre Cristina Kirchner, y nos gustaría ampliar la visión sobre la personalidad de CFK", indicó la transcripción del cable que realizó El País.

Sobre este punto, se enviaron tres grupos de preguntas. El primero, bajo el epígrafe Mental state and health (estado mental y salud), dice así: "¿Cómo controla Cristina Fernández de Kirchner sus nervios y su ansiedad? ¿Cómo afecta el estrés a su conducta con sus asesores y/o en su proceso de toma de decisiones? ¿Qué medidas toma CFK o sus asesores para ayudarla a manejar el estrés? ¿Toma alguna medicación? ¿En qué circunstancias controla ella mejor el estrés? ¿Cómo le afectan las emociones en su proceso de toma de decisiones y cómo baja la tensión cuando está angustiada? ¿Qué tal está Néstor Kirchner de su enfermedad gastrointestinal? ¿Le sigue molestando? ¿Toma medicación? Es bien conocido su temperamento, ¿ha demostrado mayor tendencia a oscilar entre extremos emocionales? ¿Cuáles son los objetivos más comunes de la furia de Néstor Kirchner?".

El segundo y tercer grupo de preguntas trata sobre la tendencia de Cristina Kirchner -según dicen los cables secretos- a mantener "visiones estratégicas o si prefiere las tácticas, si se mueve en términos matizados o prefiere el blanco o negro, y si comparte la visión política confrontativa de Néstor Kirchner o si intenta moderar el duro estilo de su marido".

La Secretaría de Estado se interesó sobre la manera en la que Cristina Fernández de Kirchner y su esposo se dividen la agenda. "¿En qué materias toma CFK las decisiones y cuáles deja a Néstor Kirchner?", interroga el documento.

Si bien los documentos resaltaron la relación que llegó a mantener el gobierno argentino con la administración de George Bush y el por entonces secretario Thomas Shannon, hay críticas a la "pareja presidencial" argentina y a su modo de encarar la política exterior.

Particularmente, uno de los cables se centró en los intentos "claros" de la Presidente para "aprovechar cualquier oportunidad para asociarse con el presidente Obama". "La intensidad de ese deseo abre oportunidades para nosotros", destacó el escrito.

A su juicio, la "pareja presidencial" no ha cambiado mucho en los dos últimos años: "Siempre han sido ácidos, tan impermeables al consejo ajeno e incluso tan paranoicos con respecto al poder", mantiene.

"Ha sido lo mismo durante estos más de seis años de poder, y siguen en la Casa Rosada", concluye ese mismo cable.

También se registraron intercambios telegráficos con precisiones sobre la visita protocolar que realizó la secretaria de Estado Hillary Clinton a la Argentina, y el interés de la Argentina para que los Estados Unidos intervengan para mediar ante Gran Bretaña en el conflicto por las Islas Malvinas.

Los cables secretos conocidos hoy son apenas una parte de todos aquellos que tienen información que la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires intercambiaba con su gobierno.