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28 de marzo de 2024
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La sequía se agrava y golpea con fuerza al maíz y a la soja
La falta de lluvias afecta a casi toda la pampa húmeda. Y más del 50% de los mejores campos del país sufren la falta de agua. Caen las expectativas de rindes
3 de enero de 2011
Por la falta de lluvias, de la mitad para abajo de la planta las hojas están secas, las espigas muestran hileras incompletas con granos en formación y presentan un tamaño 20% menor que lo habitual. Este es el panorama en la mayoría de los campos del interior de la Provincia de Buenos Aires por La Niña, un fenómeno que ocasiona lluvias por debajo de lo normal y que desde hace poco más de un mes se viene ensañando con los cultivos, aunque también afecta a otros rubros, como la producción de leche y carne.

La falta de lluvias afecta a casi toda la pampa húmeda, en algunos lugares con más intensidad que en otros. En la zona núcleo, una región que geográficamente comprende unos 10 millones de hectáreas entre el norte bonaerense, el centro-sur de Santa Fe y el sur cordobés, entre cultivos y pasturas, hoy más del 50% del área está en situación de sequía, según un informe de Tomás Parenti, del área de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario para La Nacion.

De acuerdo con diversas fuentes, hay zonas con déficits de entre 100 y 200 milímetros y necesitan urgente no menos de 80 milímetros. Encima, en Olavarría, la seca hasta está provocando el incendio de campos. Allí ya se quemaron casi 2000 hectáreas y el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, fue al lugar y prometió ayuda.

Con la sequía, las proyecciones sobre la cosecha se están volviendo a escribir. Entre noviembre y diciembre, el país se perdió de ganar por la sequía US$ 832 millones y al Estado se le esfumó la posibilidad de embolsar US$ 279 por retenciones. Esto pese a que, en la comparación con 2009, los ingresos por exportaciones serían, aun en medio de la seca, mayores en US$ 4385 millones y el fisco recaudaría US$ 1057 millones más. Son datos preliminares, ya que todavía faltan unos tres meses para la cosecha, pero reflejan la magnitud del impacto actual de la falta de lluvias.

Cada día que pasa sin lluvias y con altas temperaturas, como las de la semana pasada, significa un calvario. Al maíz, por ejemplo, se le va recortando cada día de 200 a 300 kilos de rinde potencial.

Para más datos, la estadística marca 180 mm en los últimos tres meses de 2010, versus 400 mm del mismo lapso del año pasado. Paradojas del clima, en 2009 hubo dificultades para sembrar por el exceso de humedad.

"Se lo nota tristón", grafica sobre el maiz Patricio Molle, presidente de la Asociación de Productores Rurales de Arrecifes. Por aquí es posible ver espigas desparejas, fallas en la formación de granos y plantas con muchas hojas prácticamente "cocinadas".

Las lluvias son imperiosas. El temor es que el 20/30% del maíz que se encuentra en una situación de regular a mala, según datos de Fernando Brouver, un asesor técnico de la zona, sea pronto una mayor cantidad de hectáreas. La soja sembrada en octubre y parte de noviembre está con final abierto. Hay plantas con 20 centímetros menos que lo normal y sólo con una buena lluvia podría recomponerse.

De todos modos, se ven lotes con importantes pérdidas de plantas que ya no podrán recuperarse.

Además de afectar la agricultura, la sequía también impacta sobre la producción de carne y leche. En materia ganadera, según analistas del sector, hubo productores que decidieron adelantar ventas ante el temor de encontrarse con un importante faltante de pasto para alimentar a sus animales. Por otro lado, según Miguel Paulón, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), la provincia de Buenos Aires es la que más siente el efecto de la sequía en materia lechera. En diciembre pasado, la producción del sector sufrió una caída interanual de entre un cuatro y un cinco por ciento.