El médico Conrad Murray fue acusado en febrero del año pasado de homicidio involuntario de Michael Jackson, quien falleció el 25 de junio de 2009 a los 50 años de un paro respiratorio después de haber recibido una inyección de anestesia en su mansión de Beverly Hills.

Murray había administrado antes un coctel de sedantes y analgésicos para ayudarlo a combatir su problema de insomnio, pero un fiscal adelantó que los abogados del médico afirmarán que Jackson se despertó y se inyectó por sí solo una sobredosis cuando el doctor estaba fuera de la habitación.

"Creo que está claro que la defensa está trabajando bajo la teoría de que la víctima, Michael Jackson, se suicidó", dijo el fiscal de distrito David Walgren en una audiencia preliminar la semana pasada. "Ellos no quieren decirlo pero esa es la dirección en la que van", agregó la misma fuente.

Un abogado defensor se negó a comentar cualquier teoría fuera de la corte.

Para la audiencia preliminar del martes, el juez de la Corte Superior de Los Angeles Michael Pastor decidirá si existen suficientes evidencias para que se enjuicie a Murray. Este tipo de audiencias son por lo general procedimientos de rutina donde se convoca solo a uno o dos testigos, pero los fiscales se han propuesto llamar a unas 35 personas para que presten sus testimonios, según informó el diario Los Angeles Times.

Entre las personas que acudirán a estas audiencias figuran expertos médicos e investigadores así como guardias de seguridad y personas que estaba alrededor en los días previos a la muerte del rey del pop.

Un abogado de Murray dijo que esperaba que el juez ordene un juicio.

La etapa de audiencias preliminares, que podría durar hasta dos semanas, se produce luego que el padre de Jackson reintrodujera una demanda contra el doctor Murray argumentando que fue una muerte por negligencia.

Esa demanda de 24 páginas alega que el médico Conrad Murray estuvo 47 minutos hablando por teléfono mientras Jackson se moría el 25 de junio de 2009.

Joseph Jackson busca una compensación por daños no especificada por parte de Murray y otros, incluyendo la farmacia de Las Vegas que vendió el potente sedante propofol al artista.

Los documentos judiciales también indican que el débil estado de salud de Jackson influyó en su muerte, destacando que el cantante sufría de anemia, neumonía crónica y bronquitis crónica.

El padre de Jackson también presentó una demanda en una corte federal de Estados Unidos el 25 de junio del año pasado, cuando se cumplía el primer aniversario de la muerte de su hijo, pero fue desestimada porque la corte explicó que no pertenecía a su jurisdicción.