El ex interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) entre 2004 y 2009 Marcelo Saín afirmó que la ministra de Seguridad, Nilda Garré, �no emprendió el camino adecuado� de reformas en la Policía Federal �que a su juicio debió haber sido la intervención�, sino que optó por una �normalización edulcorada� con la remoción de algunos comisarios pero poniendo al frente a Enrique Capdevila, a quien definió como �una persona del núcleo duro, cuyo principal antecedente es su vínculo directo con el secretario Legal y Técnico�, aludiendo a Carlos Zannini.

�Bajo la conducción de Capdevila estuvieron antes todas las unidades de infantería y caballería. Esas fuerzas protagonizaron desalojos violentísimos, con denuncias de violaciones a los derechos humanos, torturas e incluso uso de picanas en algunos casos�, afirmó.

En una entrevista con la página web La política online , el ex funcionario, que tras alejarse del kirchnerismo se sumó al espacio de Martín Sabbatella (un oficialista crítico), aseguró: �El progresismo tiene una visión maricona de la seguridad, que indica que la seguridad se va a alcanzar cuando se reforme la sociedad y mientras tanto no saben qué hacer �.

La referencia de Saín al �progresismo� se relaciona a la franja ideológica en la que reivindican recostarse Garré y los sectores kirchneristas que impulsaron su ascenso a Seguridad, como Horacio Verbitsky (titular del CELS) y el equipo de juristas que rodea al ex ministro León Arslanian, tras la salvaje represión policial en el primer desalojo del Parque Indoamericano, que dejó dos muertos.

Trascendió que el propio Saín fue consultado antes del armado del equipo de Garré, pero que su aporte fue desechado por un operador político del llamado �arco progresista� del Gobierno.

La creación del Ministerio de Seguridad, separando el área de la órbita de Justicia y dando un viraje al esquema político en el que se movía bajo el control del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fue producto de los hechos ocurridos en Villa Soldati y de la dificultad del Gobierno en solucionar la sucesión de tomas ilegales y cortes de calles por diferentes protestas sociales en Capital y el Conurbano. Para Saín, fue porque se mostró la �inviabilidad� del esquema de seguridad kirchnerista y de haberle otorgado �la gestión de la seguridad pública a las cúpulas policiales�. Aunque advirtió que el cambio se definió cuando se comprobó que la Federal estaba �fraguando las pericias� en Soldati.

Según el ex funcionario de Kirchner y Cristina, en el primer año de gestión K, con Gustavo Beliz a cargo de Justicia y Seguridad, se buscó conducir la policía desde la política: �Esto fue abandonado cuando la Federal mostró los dientes con una seguidilla de asaltos en Palermo, que convencieron a Kirchner de llegar a un acuerdo tácito con la corporación �.

Saín suele sostener que las fuerzas policiales en la Argentina �regulan el delito� para obligar a pactar a los gobiernos y sostener sus intereses corporativos y autonomía.