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19 de abril de 2024
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México en manos de los narcos
El gobierno aparece cada vez más impotente para frenar el avance de los traficantes de droga, que en el 2010 asesinaron a más de 15.200 personas
13 de enero de 2011
El gobierno mexicano de Felipe Calderón aparece cada vez más impotente para hacer frente al narcotráfico, que controla varias ciudades del país.

En el 2010 el país centroamericano sufrió 15.273 asesinatos vinculados con el crimen organizado en general, y el narcotráfico en particular.

Es la cifra más alta desde que en 2006 el gobierno de Felipe Calderón inició la ofensiva militar contra los carteles de la droga.

Representa el 63% más de muertos que en 2009. En los cuatro años de gobierno de Calderón, hubo 33.797 asesinatos a manos de narcos.

El 50% de estos homicidios se concentraron en tres Estados del país: Chihuahua (al norte), Tamaulipas (al noreste) y Sinaloa (al oeste).

Los dos primeros son fronterizos con Estados Unidos a donde se introduce la mayor parte de la droga. En Sinaloa, en la costa del Pacífico, opera un cartel del mismo nombre liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán, prófugo desde 2001 y considerado el capo más buscado.

“Todos estamos conscientes de que atravesamos tiempos difíciles”, admitió Calderón en la presentación de estos guarismos históricos. Y agregó: “Hoy todavía observamos una fuerte e inaceptable presencia de estos fenómenos delictivos. Sin embargo, estoy convencido de que, de no haber actuado, los delincuentes habrían avanzado sin obstáculos y habrían llenado todos los espacios del país, incluso los de más alto nivel”.

Si el 2010 fue fatídico en cuanto a inseguridad, este año se proyecta con iguales o peores características. Aunque aún no terminó enero, ya hubo un centenar de homicidios, entre ellos 15 decapitados en Acapulco.

México es un país “en guerra”, dicen los expertos, y no se equivocan. Hace cuatro años, en diciembre de 2006, Calderón inició su gobierno con una medida drástica: lanzó unos 50.000 efectivos del Ejército a combatir los carteles de la droga. Los sicarios le respondieron con inusitada violencia. No sólo mataron a jefes policiales; llegaron a tener el atrevimiento de emboscar a patrullas y ametrallar a sus integrantes.

No se pueden desestimar algunos logros de la embestida oficial. Por ejemplo, en los últimos dos años han sido capturados o muertos 19 de los 37 mayores narcocapos. Sin embargo, terminaron provocando una recomposición hacia adentro de las organizaciones, no un debilitamiento de ellas.

En estos años de duros enfrentamientos México soportó crímenes de todo tipo. Tal vez las más crueles fueron contra integrantes de grupos rivales. Hubo ejecuciones con disparos, armas blancas y hasta con horca, filmadas y subidas luego a distintos blogs, donde las víctimas debían previamente reconocer las atrocidades que habían cometido contra otros carteles.