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25 de abril de 2024
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La inclusión fallida: tres de cada diez argentinos son pobres
Lo asegura un informe de Ecolatina, basado en datos de inflación real. El 30,9 por ciento de los ciudadanos no llega a cubrir la canasta básica de 767 por persona
23 de enero de 2011
Tres de cada diez argentinos es pobre en la Argentina, porque no llega a cubrir la canasta básicas de bienes y servicios, lo cual abre un serio interrogante sobre el modelo de inclusión social pregonado por el Gobierno.

Según Ecolatina, la inflación alcanzó 26,6% en 2010, la cifra más elevada desde la devaluación.

Si bien este proceso es generalizado a la mayoría de los bienes y servicios, cerca del 60% de la suba del período se explica por el alza en los alimentos.

La Canasta Básica Alimenticia (CBA), que mide la línea de la indigencia, se encareció 31,8%.

Para una familia de cuatro integrantes, el valor de la canasta alcanzó $ 1.182 en diciembre último, lo que representa un incremento de $ 285 en el período.

La Canasta Básica aumentó 29,2% en los últimos doce meses y en diciembre se ubicó en $ 767 para un adulto equivalente.

Para no ser considerada pobre una familia de cuatro integrantes debe generar ingresos superiores a $ 2.369 mensuales, $ 536 más que a fines de 2009.

Con estos números más realistas que los que difunde la propaganda elaborada por los "militantes" del INDEC, en 2010 la pobreza afectó a 30,9% de la población y la indigencia a 10,6%.

Si bien en ambos casos se observó una reducción respecto de la media de 2009 (31,1% y 11,1% respectivamente), la mejora sólo fue significativa en el caso de la pobreza extrema.

El mayor descenso observado en la indigencia responde, en última instancia, a la Asignación Universal por Hijo.

Si se extrapola la incidencia de la pobreza al total de la población (cercana a 40,1 millones), este flagelo afectó a 12.390.000 personas, de las cuales 4.270.000 son considerados indigentes.

"Es preocupante que tras un año de fuerte recuperación y mejoras significativas en la mayoría de las variables económicas, la reducción de la pobreza e indigencia haya sido magra por culpa de la aceleración de la inflación", sostiene Ecolatina.

Considera, además, que para reducir la pobreza e indigencia se necesita simultáneamente crear empleo y contener los precios (especialmente de los productos básicos).

El problema es que a partir de 2007 la inflación se alejó del sendero deseable. Por ello, no sorprende que en la actualidad los indicadores sociales no sean mejores a los registrados a fines de 2006.