El Programa Fútbol para Todos no despierta el entusiasmo generalizado que todos imaginan.

"¿Usted piensa que se debería continuar con el Programa Fútbol para Todos o que se deberían destinar esos fondos a otros usos?" Esa fue una de las preguntas de la encuesta de Poliarquía, y provocó una respuesta inesperada para algunos: el 72% de los consultados eligió destinar esos fondos a otra cosa y sólo un 26% optó por continuar con el programa.

Para Alejandro Catterberg, de Poliarquía, un corte por sexo y afinidades políticas aporta una explicación al fenómeno.

"El rechazo más marcado es entre las mujeres, sólo el 19% defiende el programa; y entre los que no aprueban la gestión del Gobierno, porque apenas el 7% cree que debe continuar".

La gran apuesta del kirchnerismo en materia deportiva se anunció el 20 de agosto de 2009.

Significó que la AFA rompiera su vínculo con Televisación Satelital Codificada (TSC, con un contrato por 228 millones anuales) y sellara otro con el Estado por 600 millones.

La Presidenta lo anunció con bombos y platillos, habló de "goles secuestrados" y desde ese día el fútbol se transmite gratuitamente por televisión abierta.

La primera temporada de Fútbol para Todos costó $ 645.641.414,60.

A pesar de que se prometió el excedente que dejaría la comercialización de las emisiones, la publicidad privada brilló por su ausencia y, desde la séptima fecha de aquel Torneo Clausura, el Gobierno decidió que sólo aparecería propaganda oficial.

"El beneficio que reportaba era nada y perdíamos la mitad de los segundos", argumentó entonces el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. El contrato tiene duración hasta 2019 y nadie expresó intenciones de romperlo.

Para el 2011 se espera una erogación superior a los 1.000 millones de pesos que pagan todos los argentinos.