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26 de abril de 2024
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Estudiantes sufrió una goleada histórica en la Libertadores
Cayó 5 a 0 ante el Cruzeiro en Belo Horizonte. Fue un debut para el olvido el de Berizzo en la Copa
17 de febrero de 2011
Estudiantes, un equipo copero, recibió una goleada histórica en la Libertadores al caer 5 a 0 ante el Cruzeiro de Belo Horizonte.

Recibió un gol a los 55 segundos de comenzado el partido que le quemó todos los papeles en la noche de Brasil (le pegó Wallyson, la pelota se desvió en Ré y se coló por encima de Agustín Orion).

El equipo que ahora dirige Eduardo Berizzo debutó en la Libertadores con un duro cachetazo en Brasil.

Con Walter Montillo -otro argentino que juega de organizador en Brasil como lo hacen Andrés D’Alessandro en Inter y Diego Conca en Fluminense- como eje de circulación, Cruzeiro marcó los tiempos y fue contundente en la red.

El ex San Lorenzo y su asociación con los puntas fueron un problema difícil de resolver para Estudiantes. Con Juan Sebastián Verón como bandera de su equipo, sin embargo, intentó torcer la historia. Hubo, por momentos, ensayos con remates desde afuera del área y una actitud de adelantarse en el juego para acortar la distancia. Esa diferencia que se amplió a los 17 minutos cuando Roger puso el segundo, tras una jugada que inició nuevamente Montillo.

Ordenado, rápido para salir en la contra e inteligente para esperar a Estudiantes, el local empezó a manejar los tiempos a su modo. Con el equipo argentino más jugado en posición de ataque, cada respuesta era una pesadilla para los de Berizzo. Porque aparecían Wellington Paulista o Wallyson y la estantería se empezaba a mover. Tanto que, luego de una jugada de Roger, apareció Montillo con pelota dominada, gambeteó al arquero y puso el tercero como para irse al vestuario con una ventaja impensada. El golpe, sin dudas, fue definitivo pese a los intentos de reacción de un Estudiantes que jugó muy por debajo de lo que es capaz de dar.

Con rendimientos individuales opacos, y con errores defensivos poco frecuentes, a Estudiantes le costó demasiado contra un equipo que acudió, además, a la falta táctica para cortar todo tipo de insinuación de Verón y compañía. Para colmo, cada vez que llegaba de contra, lastimaba en serio. Otra vez Montillo, esta vez de aire, para darle un derechazo y meter el cuarto ante una floja respuesta del arquero. Si antes no quedaba otra opción que la de esperar el final y terminar con la menor diferencia, tras el cuarto gol del equipo brasileño el equipo que conduce Berizzo quedó en el aire, como sin entender sobre estos sucesos que no le ocurren seguido.

Alguna pelota detenida, un remate desde media distancia con Verón, la apuesta al cabezazo en el área rival de los dos centrales, nada le salió a Estudiantes. Ni cuando lo tuvo Enzo Pérez, mano a mano con Fábio y el arquero le puso el cuerpo a su remate.

En esa búsqueda por el gol del consuelo, Estudiantes se adelantó más en el campo y Cruzeiro hizo lo que bien sabe: esperar, tener paciencia y aprovechar la explosión que tiene en el ataque. ¿Si pudo terminar en una goleada superior?

Sí, porque en esas aventuras veloces el conjunto brasileño que dirige Cuca pudo aumentar de no ser por la mala puntería. Siendo un equipo duro, con argumentos -orden, peso ofensivo para la contra y presión en todos los sectores- Cruzeiro fue mucho para una mala noche del campeón argentino. Y el quinto gol llegó casi por descarte, porque era cuestión de tiempo nomás.