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20 de abril de 2024
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Lo echaron del Indec, y se atrincheró para protestar
"Mi pertenencia política fue un elemento clave en mi despido", afirmó Facundo Lahitte, desplazado por disidencias con la conducción y el censo 2010
22 de febrero de 2011
Facundo Lahitte, técnico que se desempeñaba en el programa de Análisis Demográfico -un área clave en el análisis de los datos del operativo civil más importante en tiempos de paz-, se atrincheró con parte de la junta interna de ATE durante algunas horas en el décimo piso del Indec después de enterarse de que las autoridades del organismo le negarían la autorización para volver a entrar en el edificio

Pero, cerca de las 21 decidió terminar con la protesta y anunció que convocarían para este martes a las 10 a trabajadores de ATE, partidos políticos y organizaciones sociales para respaldar el intento de entrar en el Indec y ocupar su puesto de trabajo, para analizar las causas de su desplazamiento, determinado por las autoridades del Indec el jueves pasado.

"Mi pertenencia política fue un elemento clave en mi despido", afirmó en conversación telefónica con La Nacion el militante del Partido Obrero, mientras sus compañeros de ATE, gremio contrario a la intervención, preparaban una asamblea y una protesta. Consultados, en las oficinas de prensa del organismo estadístico reiteraron, sin más precisiones, que se trataba de una "simple no renovación de un contrato".

Según explicó Lahitte, estudiante de sociología de 32 años, a fines de la semana pasada fue citado a la oficina de personal para firmar su nuevo contrato. A pesar de que hacía 3 años y ocho meses que venía renovando anualmente su relación con el Indec, le ofrecieron quedarse sólo hasta el 28 de este mes. Se negó y pidió asesoramiento a la junta interna de ATE.

Sin embargo, luego de que el desplazamiento forzado tomó estado público, las autoridades de la oficina de personal del Indec volvieron a citar ayer otra vez a Lahitte con otra insólita propuesta. "Me dijeron que mi contrato no iba a ser hasta fines de febrero, sino que se terminaba el 31 de enero, o sea que me despedían retroactivamente."

Esa noticia y el bloqueo de los molinetes de ingreso embravecieron las aguas dentro del organismo. Los mensajes de texto y los correos electrónicos comenzaron a llegar a los medios. El comunicado titulado "Alerta y movilización permanente en el Indec" relataba lo que Lahitte había vivido en las últimas horas.

"En el Partido Obrero yo soy militante, desarrollo una actividad política. Cuando asesinaron a Mariano Ferreyra pasé por las oficinas denunciando lo que había pasado", dijo, rememorando el hecho que tensó las relaciones entre el Gobierno y el histórico partido de Jorge Altamira. "Mi pertenencia política tuvo algo que ver con la decisión de no renovarme el contrato", aseguró.

Lahitte sospecha además que su nombramiento como "delegado colaborador" de ATE el 17 de febrero tuvo que ver con lo que llamó "despido retroactivo", o sea, el adelantamiento de la extinción de su contrato con el Indec.

"Queda claro cuál es la actitud hacia los que tienen una idea política distinta y hacia quienes denuncian los atropellos para obligar a los trabajadores a mentir y responder a las políticas del Gobierno", indicó.

Luego de la intervención en el Indec a fines de enero de 2007, el gremio UPCN (peronista y mayoritario) forjó una alianza con los directivos afines al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Los trabajadores de ATE, opuestos a la manipulación estadística, denunciaron a partir de entonces que habían sufrido una degradación material (a muchos se les quitaron las horas censales, una especie de sueldo extra que cobraban todos) e incluso muchos fueron desplazados o despedidos.

En junio pasado, antes de la realización del censo, La Nacion había informado que -según datos de ATE-desde la llegada de la intervención, unos 82 técnicos de áreas vinculadas con el censo habían sido desplazados o presionados para renunciar.

"Cuando ingresé trabajaba en el diseño conceptual del censo y después, por estar dentro de ATE, me desplazaron", explicó Lahitte, encargado ahora de las proyecciones de población para la próxima década. En los últimos meses, Lahitte había cuestionado las "condiciones técnicas precarias" en las que iba a realizarse el operativo. "Sólo dije que no estaban dadas las condiciones básicas para desarrollar una tarea seria y honesta", dijo. Para el técnico, esas críticas también habrían empujado la decisión de las autoridades del Indec de no renovar su contrato.

Además, advirtió, luego del censo del 27 de octubre, el equipo que integraba debía analizar los datos. "Se hizo a las apuradas y eso no permitía un análisis con la rigurosidad técnica suficiente." A pesar de que los datos no estaban completos, se difundieron igual. "Esta vez no pasaron por mi área de trabajo, se procesaron en otra parte."