El Gobierno disolvió la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuaria (ONCCA), duramente cuestionada por las entidades del campo y que era investigada por la Justicia por el manejo irregular de los millonarios subsidios que repartía a molinos, empresas de engorde de ganado en corral y tambos, entre otros.

La oficina que capitaneaba Juan Manuel Campillo, cercano a los Kirchner desde los tiempos de Santa Cruz, fue disuelta a través del decreto 192/2011, publicado en el Boletín Oficial.

El texto lleva la firma de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de todos sus ministros.

El reparto de subsidios, que en los últimos años se había convertido en la función principal y más polémica de la ONCCA, quedará ahora a cargo de un nuevo ente interdisciplinario integrado por los responsables de las distintas áreas competentes y que funcionará bajo las líneas directrices del Ministerio de Economía.

La ONCCA había sido creada en 1996, durante el gobierno de Carlos Menem, pero no fue sino durante el kirchnerismo que adquirió mayor protagonismo. Las críticas al organismo venían creciendo por las presuntas irregularidades en el manejo de subsidios, también durante la anterior gestión, cuando al frente de la oficina estaba el actual titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.

"No es del todo conveniente concentrar funciones que implican otras tantas actividades vinculadas al sector agropecuario, en todas sus fases, a cargo de la misma autoridad", reconocen ahora los considerandos del decreto que disolvió la ONCCA.