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La acrobacia se viste con mucha ropa que nos desnuda
Nueva propuesta de Gerardo Hochman que apuesta a la estética del circo en un espectáculo contudente. "Tiempos que corren", sin margen para el desinterés
26 de marzo de 2011
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.Tv

El arte de la acrobacia en el aire y el vuelo para caer en manos de un partenaire que primero fue impulso y luego receptor de esa figura en libertad, es la esencia del circo y de la propuesta que Gerardo Hochman realiza desde hace 18 años en cada uno de sus espectáculos, y que en "Tiempos que corren", queda plasmado con suma originalidad.

La propuesta que se puede ver en el espacio del Polo Circo, una carpa ubicada en Juan de Garay y Combate de los Pozos, de esta ciudad, no deja margen para el aburrimiento y si bien se sustenta en la fuerza acrobática del Grupo La Arena, también le suma, gran despliegue coreográfico, sensualidad, energía y humor.

Sin embargo, además de la adrenalina y fuerza visual de los juegos acrobáticos, Hochman no se queda solo en el ejercicio circense y plantea una serie de fuertes historias en la búsqueda de la identidad, junto al encuentro y el desencuentro, con matices también del desamor.

Tiempos que corren es una idea y dirección de Gerardo Hochman, con puesta en escena del propio Hochman y el coreógrafo Lucas Condró, y que tuvo en la función de prensa que asistió Asteriscos.Tv una emotiva dedicación para el maestro Hugo Midón, quien falleció el viernes.

El elenco está conformado por jóvenes artistas de circo graduados de la Diplomatura en Artes Circenses de La Universidad Nacional de San Martín.

Allí se utilizan como únicos elementos escenográficos tres percheros repletos de ropa, doce jóvenes artistas de circo hilvanan una catarata de escenas donde los roles los roles son reversibles e intercambiables como el vestuario de los personajes.

Las personalidades se superponen como capas de ropa y los percheros modifican la geometría del espacio reemplazando a los elementos habituales del circo.

Con elementos tan simples y contundentes como perchas de madera, sogas, percheros con formas geométricas y mucha ropa -- poca a la que se usa habitualmente en la vida cotidiana para disfrazar estados de ánimo-- hace que la realidad se palpe por momentos con sutilezas y otros con imágenes bien concretas.

Los juegos de cada cuadro proponen, desde la pareja al triangulo, de las personalidades fuertes y aquellas que no pueden zafar de un destino errante.

También suma a ese escenario dramático las búsquedas de identidades, los lugares cambiados y el deseo por lo diferente, todo con el simple contexto de ropajes, colores y diálogos corporales muy intensos a partir de la coreografía y las jugadas acrobacias.

Zapatos en un solo pie en cuerpo de sexos opuestos que se buscan,se repelen o viajan en cuerpos invertidos; amores y pasiones entre varios personajes que buscan su propio lugar en el tiempo, además de la soledad y la imposibilidad de romper con lo que ata a ese estadío, son más matices de estas historias.

Junto a la derrota deportiva como símbolo de lucha y los percheros con ropa o sin ella donde los jugadores hacen el traspaso de realidades, van creando climas y situaciones que se resuelven con la capacidad de piruetas de cada artista, ya sea en juego de cuerpos al aire o con cuerdas desde el techo.

Como nexo también convocante el humor con un personaje travestido de fuerte conexión con el público en pasajes hilarantes y lleno de complicidad con los espectadores.

Para el final, tras juegos de gran factura, queda el símbolo de esta atractiva historia una figura de casa construida con perchas de madera --un leiv motiv de la obra-- que despegan del picadero para pasar de mano en mano entre el público para volver a sus protagonistas, en un nuevo juego de complicidad.

Este regreso tras el contacto directo con la gente termina en la destrucción de esta figura, que fue elaborada con tanta dedicación durante los 90 minutos de espectáculo.

Algo se rompió y ya nada es igual, el festival de la acrobacia y la magia de Hochman y su compañía rompió el esquema establecido para generar un nuevo espacio, mitad circo, mitad teatro, casi todo integrado, pero a la vez distinto, con mucho vuelo de originalidad y poder creativo.

"Tiempos que corren" tendrá un temporada corta en el espacio Polo Circo con funciones los viernes a las 21:00; los sábados 19:00 y 21:00 y domingo 19:00, para luego comenzar un gira nacional por el interior del país.

Colaboró: Pamela Covetta