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25 de abril de 2024
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El bloqueo a los diarios insinúa un peligroso giro fascista
Si la presidenta Cristina Fernández no actúa para garantizar la libertad de prensa, el gobierno quedará entrampado en otra aventura de tintes autoritarios
27 de marzo de 2011
Por José Calero

En un año clave por las elecciones presidenciales, el gobierno nacional -que considera garantizada la reelección de la todavía no candidata Cristina Fernández- puede quedar entrampado en una aventura de tinte autoritario que deslucirá a una democracia que cumplirá 28 años el 10 de diciembre, cuando asuma el nuevo gobierno.

El peligroso juego de mirar para otro lado o alentar bloqueos a la libre circulación de medios con contenido marcadamente opositor le hace un flaco favor a la República, etapa superior de la Democracia.

A la Argentina no le alcanza con la Democracia. Para llegar a convertirse en un país desarrollado, serio y justo requiere del libre juego de todas las fuerzas de la República, que no sólo incluyen a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sino también a los medios de comunicación, las organizaciones intermedias, los gremios, las cámaras empresarias y demás grupos que contribuyen al equilibrio de fuerzas.

Un nuevo bloqueo que impidió la salida de los diarios Clarín y Olé, y demoró el de la La Nación, se produjo luego de que el jefe de la CGT, Hugo Moyano, amenazara con esa misma medida cuando la Justicia suiza envió un exhorto pidiendo información sobre el camionero y su hijo Pablo, por su supuesto vínculo con la investigada empresa de recolección de residuos Covelia.

Entre los militantes que bloquearon la planta de Clarín fue imposible identificar a personas vinculadas directamente con el gobierno o con Moyano, pero eso no quiere decir que no lo estén, o al menos sean funcionales a su prédica.

Tampoco quiere decir que las mujeres que llevaron a sus hijos pequeños a la protesta no hayan sido utilizadas por punteros políticos que hacen de la pobreza su caldo de cultivo para conquistar poder.

Clarín perdió la circulación clave del domingo a la mañana, en un día en que el diario vende más de 600 mil ejemplares.

Pero lo que en verdad importa es que la libertad de expresión recibió otro duro golpe en una Argentina donde los resabios de autoritarismo, demagogia y clientelismo político no logran ser desterrados ni en el gobierno ni en sectores de la oposición.