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29 de marzo de 2024
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Perpetua por el crimen del decorador de Susana Giménez
Un tribunal de La Matanza condenó a Roberto Leiva como autor del homicidio de Gustavo Lanzavecchia. A otro acusado lo condenó a 10 años y hubo escándalo
8 de abril de 2011
En medio de un escándalo, el Tribunal Oral Criminal 5 de La Matanza dio a conocer en los tribunales de San Justo el veredicto en el juicio a los dos acusados del crimen de Gustavo Lanzavecchia, el decorador de Susana Giménez.

El hombre fue asesinado en febrero de 2009 en su casa de la localidad de Lomas del Mirador.

El fiscal Eduardo Campanella había pedido prisión perpetua para los acusados Roberto Leiva (29) y Freddy Chena Paredes (20), a quienes consideró "coautores" de los delitos “robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con homicidio calificado criminis causa”.

Los jueces del Tribunal decretaron la prisión perpetua para Leiva por considerarlo autor del crimen, y 10 años de prisión por robo a Chena Paredes, a quien no consideraron que haya tenido que ver con el asesinato.

El veredicto enardeció a la hermana y la madre de la víctima, quienes denunciaron a los gritos: “No hay Justicia en este país”.

“Fredy, sos asesino igual que Leiva. Hijo de puta”, le gritó Susana, la hermana del decorador al segundo acusado, apenas concluyó la lectura del fallo. “Lamentablemente no hay justicia”, dijo por su parte la madre.

Tras el crimen, Susan Giménez declaró que “el que mata tiene que morir”, lo que instaló la pena de muerte en el discurso social y generó una gran polémica entre los que están a favor de la misma y los que no, incluidas autoridades del Gobierno.

“Esto no merece la pena de muerte, pero que se pudran en la cárcel. Hay cosas que hay que investigar todavía”, se quejó la hermana de Lanzavecchia, en clara alusión a las palabras de la diva.

Antes de la lectura del fallo, uno de los abogados de la familia de la víctima, Marcelo Biondi coincidió con el pedido de prisión perpetua para los dos acusados, aunque no solicitó ninguna pena subsidiaria.

El letrado explicó que para la querella quedó probado que existieron dos hechos: el robo y el posterior homicidio, y en ese sentido dieron por acreditado que los dos imputados fueron los que arrojaron a la víctima a la pileta, por lo que son considerados "coautores".

Por su parte, la defensa de Leiva había pedido al tribunal que el imputado sea condenado pero por el delito de “encubrimiento”, ya que, según declaró el propio acusado, fueron dos patovicas los que le llevaron unas bolsas con los elementos robados a Lanzavecchia a su casa lo obligaron a que los guardara.

En tanto, la defensa de Paredes solicitó la absolución, tras lo cual, el TOC dio a los acusados la oportunidad de pronunciar sus "últimas palabras".

Sólo Leiva hizo uso de ese derecho y sostuvo que él no tuvo nada que ver con el homicidio y que, en caso de ser condenado, debería ser sólo por el encubrimiento.

El crimen del decorador fue descubierto la tarde del 27 de febrero de 2009, cuando un llamado a la policía alertó que en una casa de Charcas 3722, en Lomas del Mirador, había personas heridas, por lo que los efectivos fueron al lugar y encontraron el portón corredizo eléctrico cerrado desde el interior.

En ese momento, los policías escucharon una voz entrecortada de un hombre que les decía que estaba mal herido y que era el teniente Alejandro Alvarez Auer (35), piloto de helicópteros de base de La Matanza.

La víctima arribó al centro de salud con muerte cerebral y falleció poco después, mientras que el policía fue atendido por dos heridas, una en el tórax y otra en un glúteo.

Según la autopsia, el diseñador murió por "sumersión", estaba atado de pies y manos, y tenía signos de haber sido arrastrado.