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26 de abril de 2024
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Paolo Rocca: "Estamos casados con el país, no con un gobierno"
"Si hay un clima de negocios hostil para las empresas, los activos del país irán perdiendo valor", dijo el número uno de Techint ante las tensiones con el gobierno
4 de mayo de 2011
En medio del conflicto entre el gobierno de Cristina Kirchner y el Grupo Techint, su máximo accionista, el empresario Paolo Rocca, respondió las preguntas de El Cronista y periodistas de otros cuatro medios que cubrieron en Houston la Off Shore Technology Conference, un encuentro de empresas dedicadas a proveer tecnológicamente a las grandes petroleras del planeta.

La disputa judicial con la ANSeS fue el eje de la entrevista, donde el empresario más importante de la Argentina también habló de la crisis económica global, de las perspectivas del país y del futuro de sus empresas.

¿Las empresas del Grupo Techint lograron recuperarse de la crisis mundial de 2008?
En el peor momento de la crisis nosotros llegamos al 40% respecto de la cuota de producción más alta del 2008. Esto había sido una caída muy grande. Lo vimos en Italia y un poco en todo el sistema, menos en la planta de la Argentina porque es la más eficiente del sistema. En Estados Unidos llegamos casi al 20% de la producción en el peor cuarto de 2009. Ahora estamos alrededor del 80%. Yo creo que gradualmente vamos a recuperarnos en el transcurso de 2011.

¿Y cómo ve estas señales de recuperación en países emergentes como la Argentina?
El baricentro del crecimiento, de la actividad en infraestructura, en construcciones, en energía también se ha ido moviendo hacia los países emergentes. Y EE.UU., Japón y Europa han sufrido una caída que todavía está lejos de recuperarse. Yo creo que en 2012 todavía no se recuperarán los niveles de demanda de 2007. En los países emergentes, mientras tanto, ya estamos muy por encima.

¿Cómo está viendo la economía argentina? ¿Le parece que es sostenible con este tipo de cambio y el nivel actual de inflación?
Me parece que la economía argentina tiene el viento a favor en términos de intercambio. Ha tenido un crecimiento importante a lo largo de toda la década. Ahora se están viendo señales, como la inflación o un superávit público que está pasando a ser deficitario y que va a ser necesario controlar a lo largo de los próximos años para poder mantener una senda de crecimiento sostenible.

¿Lo preocupan esas señales?
Sí, obviamente, porque en definitiva el tema de poder mantener un crecimiento sostenido a lo largo del tiempo es vital para poder favorecer el desarrollo de empresas y de negocios, a largo plazo y sin el trastorno coyuntural, que en definitiva frenan la inversión. Entonces, la estabilidad del crecimiento es importante aún posiblemente a tasas menores de las que tuvimos en la primera parte de la década.

Desde el Gobierno dicen que eso es enfriar la economía.
Bueno, yo no creo que sea enfriar la economía. Creo que es necesario apostar a un crecimiento sostenido a tasas positivas importantes, pero asegurarlo por el largo plazo. Esto me parece muy importante para favorecer los flujos de inversión.

¿Qué responsabilidad o papel tienen, a su juicio, el Gobierno y los sindicatos en los trastornos por el déficit o la inflación?
Primero de todo, me parece que sin duda la función fundamental del gremio es organizar la situación obrera, ayudar a arbitrar entre intereses. Esto hay que reconocerlo. Por otro lado, también me parece importante en un contexto de crecimiento acelerado que haya una cierta cautela por parte de los sindicatos en los pedidos salariales, para que todo esto sea compatible con un proceso de crecimiento sostenido.

¿Cómo describiría su relación actual con el Gobierno?
(Se ríe...) Mire, yo creo que nosotros siempre reconocimos la acción del Gobierno entre 2000 y 2010, y la capacidad de llevar a un país a una senda de crecimiento. También del diálogo que mantenemos con el Gobierno para que le dé importancia a la estabilidad de las reglas del juego. Cuando hablamos de seguridad jurídica, de la estabilidad de las reglas del juego, hablamos de factores que son muy importantes para lograr que las empresas se comprometan en su negocio, inviertan, amplíen su capacidad, inviertan en activos fijos, en capital de trabajo, en productos de investigación y desarrollo. Y que también inviertan en posicionamiento global.

Pero el diálogo con el Gobierno está cortado en la discusión por la presencia de la ANSeS en el directorio.
En este caso específico, que es el caso de Siderar, lo único que nosotros decidimos es cuestionar el cambio de lo que fue la ley de nacionalización de las AFJP, aprobada en noviembre de 2008 y que contenía un punto muy importante, que a mi juicio fue esencial para que fuera aprobada en el Parlamento. Este punto era el límite a la capacidad de voto por parte de la ANSeS, que se hacía cargo de toda la inversión de las AFJP al 5%. Esto nos parece que es un tema de tal relevancia que de alguna forma debería haber sido modificado por el Parlamento más que por un DNU. Nosotros lo que hicimos fue pedir a la Justicia sobre la legitimidad y la validez de un DNU que modifica un aspecto muy relevante de la ley. De esto surgió un conflicto, que a mi juicio es exagerado. De cualquier forma, esperamos que todo esto se resuelva en el marco del diálogo. Por el momento, pudimos conformar la extensión del dividendo, que había sido cuestionada por la ANSeS, pero que había sido aprobada por la participación que teníamos en el directorio. Y creo que lo vamos a distribuir el viernes 6 de mayo en el monto y en los términos que había sido planteado.

Respecto de este DNU, el Gobierno ha tenido una posición de negociar con las empresas. Pareciera que el único problema es con ustedes.
Bueno, no sé cuál ha sido la relación con las otras empresas. Nosotros decimos que está dentro de un derecho de la sociedad presentar el reclamo a la Justicia para que se exprese. El límite del 5% estaba para mantener la acción del Estado dentro de un marco acotado y fue un factor esencial de la ley. Me parece muy legítimo preguntar a la Justicia, dejando en claro la absoluta voluntad de acatar su dictamen. Vamos a acatar lo que la Justicia diga y a respetar rígidamente la ley. Dicho esto, no me siento en este momento en una situación de conflicto con el Gobierno.

¿Si se allana el conflicto, tienen problemas con la persona designada por la ANSeS para ocupar el directorio?
No hay razones para discutir la persona que la ANSeS designe. Y, en el caso de que los jueces no den lugar a nuestra cautelar para que suspendan la legitimidad del decreto, ahí nosotros actuaremos en línea con lo que diga el decreto. Y en la evaluación del candidato de la ANSeS podemos discutir, dialogar, aconsejar, buscar una persona que pueda contribuir lo más eficazmente posible a la conducción del negocio de las empresas. Y eventualmente discutir la nómina, simplemente si hubiera razón de conflicto de interés entre el director y la función que tiene que ejercer.

Ustedes aceptaron a Aldo Ferrer pero cuestionan al economista Axel Kicillof.
Con Aldo Ferrer la situación era distinta. No había DNU y la ANSeS pidió tener una voz dentro del directorio. Nos pareció que era una persona muy respetable, con una trayectoria clara en el país y con conocimiento del tema siderúrgico. Entonces nos pareció una elección razonable. Este año nosotros nos hubiéramos conformado con Ferrer o con una persona de similar experiencia. No fue el caso y entramos en esta situación.

¿Les parece que Kiciloff no reúne los antecedentes para estar en el directorio del grupo?
No me parece un tema sobre el cual tendríamos que opinar, por lo menos por la información que tenemos. Yo he leído en los diarios declaraciones de Kiciloff sobre la política de las empresas, que dejarían entender que él podría asumir esta posición, que no es la defender los intereses de todos los accionistas. Pero dicho esto, si el DNU es convalidado por el juez, la ANSeS tendría derecho a nombrar a sus directores y nosotros tendríamos derecho de rechazarlo sólo si hubiera un conflicto de intereses o algo muy visible que implique una incompatibilidad.

Según el Gobierno, un solo director no puede torcer el rumbo de la compañía.
Yo estoy de acuerdo que ningún director por sí solo puede hacerlo, pero el tema es de actitud. Si la actitud es la de judicializar cualquier tema de la empresa, se puede paralizar en alguna forma la actividad de la compañía. Peor, esto reduce el valor del activo, la atractividad y el valor de las acciones y de los activos para cualquier inversor nacional, extranjero o lo que sea. Si se crea un clima de agresión a la empresa privada, esto no es positivo para el país.

¿Usted cree que el gobierno cambió? En el 2008 la presidenta destacó a Techint como una de las empresas que era un modelo para la Argentina.
Mire, yo creo que cualquiera que mira lo que ha hecho Techint en los últimos 65 años, desde que mi abuelo se estableció en la Argentina en 1946, a lo que es Techint hoy en la construcción o el petróleo, realmente se la debería considerar como una razón de orgullo para el país. Después, puede haber discrepancias pero no tengo razón para pensar que el Gobierno haya perdido respeto por Techint. Por otro lado, es importante destacar que nosotros más de una vez ofrecimos a la ANSES adquirir la participación en el grupo. Porque, en definitiva, entraron los fondos de pensión y nosotros teníamos jubilados argentinos como accionistas. Hoy, a veces sentimos que estamos teniendo al Gobierno como accionista.

¿Eso implica retirar las acciones de la Bolsa?
No necesariamente. La ANSeS puede decidir vender en el marco de una oferta. La acción de la Bolsa no podemos retirarla si hay un accionista por un 40%, que decimos que tiene acciones y quieren seguir teniéndolas. Lo que hay por parte nuestra es una disponibilidad a comprar el paquete de la ANSeS, o si por razones de equidad tuviéramos que ofrecerlo a todos los accionistas que quisieran vender.

¿Hubiera deseado que la UIA u otros empresarios lo respalden en esta disputa?
Leí con atención la posición de la AEA y de la UIA. Y me parecieron francamente favorables en el sentido de marcar lo mismo que estuve diciendo, la importancia de estabilidad en las reglas de juego. Ignacio De Mendiguren y Jaime Campos han sido muy claros. En esto yo me siento muy respaldado por el discurso de De Mendiguren cuando asumió como presidente de la UIA y le hizo un reconocimiento explícito a Roberto Rocca.

¿Teme que el activo de Techint se deprecie después de esto?
Yo no pondría el tema sobre el valor de nuestras acciones. Obviamente, si hay un clima de negocios hostil el valor de todos los activos se va a deteriorar, desde el valor de la tierra al valor de las acciones. Es muy importante que haya estabilidad en las reglas de juego, previsibilidad de la acción de gobierno para que se pueda mantener un clima favorable de negocios. Si esto no ocurre, yo diría que todos los activos del país irán perdiendo el valor. Entonces, no lo veo como un problema individual.

¿Cree que el Gobierno tiene una animosidad especial hacia ustedes y el Grupo Clarín?
Nosotros no somos accionistas de Clarín ni tenemos casi ninguna área de interés específico de negocios o intereses en ese sentido. Lo que sí, somos un grupo que cree que el desarrollo, el futuro de un país, la creación de un clima de negocios favorable dependen del funcionamiento eficaz de las instituciones. En las instituciones están la división de los poderes y también la libertad de prensa. Por esto, cuando hay episodios donde sentimos que pueden haber temas que son lesivos a la libertad de prensa en los ámbitos gremiales en los cuales estamos, y sin pretender hacer política, que es algo que Techint nunca hizo, nosotros estamos casados con un país, no estamos casados con ningún gobierno.

¿Cree que el gobierno de Cristina Kirchner es anti empresa?
No. El gobierno de Néstor Kirchner, y luego el de la señora Kirchner contribuyeron a reponer a la Argentina en una senda de crecimiento y fue necesario mucho coraje. Techint lo reconoció en muchos aspectos. Ahora, nos parece que gradualmente se ha introducido discrecionalidad en la relación con el campo, con el sector energético, en algunas de las políticas industriales, que yo no definiría anti empresa, pero que definiría que no ayuda a la previsibilidad de las reglas de juego.