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19 de abril de 2024
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A Carrizo no le faltó nada: hasta empujó a una gloria como Fillol
El Pato, con su grandeza, fue el primero en acercarse a dar su apoyo al arquero de River cuando terminó el partido. En forma inesperada, Carrizo lo empujó
23 de mayo de 2011
Al alicaído arquero de River, Juan Pablo Carrizo, no le faltó nada para completar una noche negra, otra más.

No sólo cometió errores gruesos como en el gol de San Lorenzo, sino que cuando se iba de la cancha nervioso y besándose el buzo mientras los hinchas lo insultaban, tuvo la torpeza de empujar a un grande como el Pato Fillol, que se acercó desde el banco de suplentes a darle su respaldo a pesar de las macanas.

"He cometido errores, como muchas otras veces los he salvado", dijo Carrizo.

Faltaban 17 minutos y la gente de River se atrevía a gritar fuerte, a sonreír más distendida, a agitar sus banderas, a saltar en sus lugares y a no preocuparse por el rival, en este caso San Lorenzo.

Hasta que Carrizo volvió a ser protagonista de un erro garrafal. Volvió a equivocarse. Volvió a meter la pelota en el arco propio. Volvió a ser sinónimo de fragilidad y dejar puntos en el camino.

Entró a jugar ovacionado, se marchó insultado por buena parte del público. Aturdido por una realidad que lo tiene en el centro de la tormenta.

Terminó de desandar el regreso a los vestuarios enceguecido. Si hasta rechazó el consuelo de una gloria del club como Ubaldo Matildo Fillol, entrenador de arqueros y que lo conoce de aquellas experiencias en los seleccionados juveniles. Lo que intentó hacer Carrizo fue asumir en soledad la responsabilidad en el empate. Lo que no midió fue que se sacó de encima con un empujón a un símbolo del fútbol argentino que pretendía apoyarlo y no merecía ese desprecio.

Después abandonó el campo besándose el escudo de su buzo mientras un grupo de hinchas lo insultaba. "Tengo bronca porque el equipo había hecho un gran esfuerzo. Tengo bronca por mis compañeros, que dejaron todo para ganar, y por el público, que está ansioso por ganar", explicó el arquero cuyas tres últimas actuaciones le costaron caro a River. "No es el momento de contestar si debe salir. Juan Pablo es un referente, es el subcapitán, por todo lo que transmite, le dio y le está dando a River. Hay que ser cauto y equilibrado", dijo Jota Jota defendiéndolo.

El arquero con apellido de leyenda ayer intentó contener un remate de media distancia del recién ingresado Jonathan Ferrari. En su intención de atraparlo, dudó, y en ese instante de vacilación no hizo más que permitir que el balón cruzara la línea mansamente. Para generar un escenario inesperado si se tiene en cuenta la intensidad de la búsqueda de San Lorenzo en ese momento. Miró el cielo oscuro y admitió el error diciendo "mío, mío" señalándose con los dos índices.

A Carrizo le convendría calmarse, y empezar a respetar a una gloria como Fillol para aprender un poco de su grandeza.