Según relató su abogado y amigo Mayer Morganroth, estaba hospitalizado desde hacía un par de semanas por problemas cardíacos.

Kevorkian murió por la mañana en el Hospital William Beaumont, en Royal Oak, donde estaba hospitalizado, afirmó Morganroth, quien además relató que las enfermeras habían puesto música de Johan Sebastian Bach, su música favorita, antes de que éste falleciera.

Kevorkian estaba hospitalizado desde mayo debido a que tenía neumonía y problemas renales.

Morganroth dijo que Kevorkian estaba consciente hasta anoche y ambos conversaron sobre la próxima alta del médico y el inicio de una rehabilitación.

Kevorkian fue liberado de una prisión de Michigan en el 2007 luego de cumplir una sentencia de ocho años de cárcel tras haber sido condenado en 1998 a 25 años de prisión en los Estados Unidos por "ayudar" a morir a 130 personas.

Su accionar despertó una polémica que abarcó debates éticos, morales y religiosos. Incluso se hizo una película sobre el médico, protagonizada por Al Pacino. Pero él nunca dejó de reivindicar su lema: "Morir no es un crimen".

Kevorkian tenía una obsesión con la muerte. Una de las particularidades de su casa eran sus cuadros, hoy expuestos en una galería de arte. Todos ellos representan de alguna manera a la muerte. Incluso se dijo que usó su propia sangre para manchar el marco de uno de ellos.

Algunos sostienen que su obsesión deviene de su pasado: el hombre creció escuchando historias sobre cómo masacraron a sus familiares armenios.

Quienes lo conocieron en su época de estudiante cuentan que Kevorkian se pasaba sus días de residente en patología en un hospital de Detroit buscando pacientes moribundos. También realizó ensayos con transfusiones de sangre de cadáveres a personas vivas.