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La princesa de Mónaco quiso huir tres veces de la boda
Charlene intentó escapar varias veces y cancelar el casamiento con el príncipe Alberto. Se tuvo que dar por vencida cuando la policía le retuvo el pasaporte
5 de julio de 2011
Charlene, la nueva Alteza Serenísima, quiso huir tres veces del casamiento con el príncipe Alberto, el soberano del mini principado feudal de Mónaco.

La prensa francesa reveló que, antes de las fastuosas ceremonias el viernes y sábado con el cincuentón Señor, la ex campeona de natación sudafricana no quiso fugarse una vez sino tres, antes de que la policía de Mónaco le incautara su pasaporte en el helipuerto de la ciudad ocho días atrás. En una de esas oportunidades se refugió en la embajada sudafricana en París y no quería salir para escaparse de la boda.

La tensión y falta de espontaneidad en la pareja, más la incomodad de las princesas Carolina y Stephanie, hermanas del novio, durante la ceremonia religiosa y civil, tienen ahora su explicación.

Sólo la confiscación del pasaporte la había persuadido de participar en la ceremonia, tras la mediación del Clan Pastor, una de las familias tradicionales monegascas que el príncipe Alberto envió como emisarios a su rebelada novia, según pudo sabre el diario Clarín.

Charlene no habla bien francés y sólo tiene dos amigos en el principado . Se apoya en su familia, que se ha instalado en una villa en la frontera con Francia pero ninguno entiende francés para saber qué se dice a su espalda.

La furia última de Charlene (33) se debió a que aparentemente descubrió dos nuevos hijos ilegítimos del príncipe Alberto (53), su actual marido. Uno tendría cinco años, exactamente el mismo período en que ellos oficializaron su relación, y sería de una amante alemana. Otro estaría en camino y sería de una italiana, dispuesta a contarlo todo. Se están haciendo tests de ADN después de que la anónima amante hizo sus reclamos con abogados ante el palacio. Otros dicen que Nicole Coste, la azafata y madre de su primer hijo ilegítimo, tendría un segundo hijo con él. Esta teoría ganó credibilidad cuando se dejó fotografiar la noche anterior a la boda real.

El soberano ya tiene otros dos hijos naturales: Jazmin, una joven de 19 años que tuvo con la agente inmobiliaria norteamericana Tamara Rotola, que vive en California; y Alexandre, un chico de 7 años que reside en el principado y lo visita con frecuencia, con la azafata de Togo. Ni Jazmin ni Alexandre fueron a la ceremonia civil o religiosa para no atraer a la prensa. Pero ninguno de ellos podrá ser el heredero, según las leyes principescas . Charlene, Su Alteza Serenísima, es quien debe dárselo. Y la verdadera razón de la boda.

El periódico francés Journal de Dimanche describió las tres fugas de Charlene y oficiales del palacio lo admitieron como "verdaderas" en Mónaco, la capital del rumor y la intriga palaciega en 2 kilómetros cuadrados.

Esas fuentes contaron que cuando Charlene viajo a París en mayo, para probarse su vestido de seda de Armani para la boda, se "refugió" en la embajada sudafricana porque no quería casarse. Después intentó volver a escaparse el mes pasado, durante el Gran Premio de Fórmula 1 en Mónaco, y por último, ocho días atrás, cuando se dirigía a Niza para huir en un vuelo directo a Sudáfrica y su pasaporte fue confiscado por la policía monegasca en el helipuerto y no en Niza por la policía francesa, como inicialmente se creyó.

Según los diarios franceses que cubrieron la ceremonia, se consiguió "un acuerdo entre Charlene y el príncipe" para llegar finalmente a la boda. Nadie sabe sus términos. Hubiera sido un papelón aún mayor dejar plantados a todos los reyes, princesas, presidentes, primeros ministros y celebrities .

Los monegascos prefieren hablar de la elegancia y la distinción de Charlene y no de su evidente infelicidad. Atribuyen los rumores de fuga a celos de ex amantes del príncipe, como advierte Michel Pastor, miembro de una de las familias más ricas de este paraíso fiscal.