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19 de abril de 2024
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Lo secuestran, lo torturan con picana y desvalijan su casa
Ocurrió en Belgrano. Los ladrones lo interceptaron cuando iba a trabajar. Estuvieron una hora en su casa para luego escapar con el botín en el auto de la familia
4 de agosto de 2011
Un comerciante fue mantenido privado de la libertad en su propio auto y agredido con una picana por delincuentes que luego lo obligaron a llevarlo hasta su departamento, en Conesa al 2700 en el barrio porteño de Belgrano, donde fue asaltado junto con su esposa e hijo.

Los asaltantes, luego de permanecer una hora dentro del departamento, escaparon llevándose una computadora, dinero, joyas y el auto de la víctima.

El hecho, que se conoció hoy, se inició el martes último, cuando el hombre fue abordado a pocos metros del garaje en el que deja el auto, un Peugeot 206, para ir trabajar al kiosco de su propiedad, ubicado en la calle Moldes al 2500.

Una vecina contó que "el señor estaba por guardar su auto en un edificio vecino cuando aparecieron dos o tres hombres bien vestidos". "Se le metieron en el auto, lo mandaron al asiento de atrás, con la cabeza entre las piernas. Él no quería venir al departamento, pero lo amenazaron de muerte o algo por el estilo, y vinieron", relató la mujer, quien señaló que el hombre fue "picaneado" en al menos tres oportunidades.

Al llegar al domicilio, el comerciante, su esposa y el hijo de ambos, un joven de unos 18 años, fueron obligados a arrojarse boca abajo en una cama y fueron maniatados por uno de los asaltantes, mientras que el resto de la banda se dedicó a recolectar dinero, joyas y otros elementos de valor, entre ellos la computadora de la casa.

Los asaltantes permanecieron cerca de una hora en el departamento, para luego escapar con el botín en el auto de la familia.

Antes de irse, los delincuentes le preguntaron al dueño de casa si su auto tenía alguna clase de alarma y le dijeron que no llamara a la Policía, porque si eran interceptados, "sabían dónde vivían e iba a venir a buscarlos", recordó la vecina, que se convirtió en una especie de vocera de la familia.

La mujer indicó que más allá de la utilización de la picana, los asaltantes no aplicaron otro tipo de violencia física. "A él le dieron con la picana, pero pidió que no toquen al resto de su familia, sobre todo a la esposa, que está enferma", añadió