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29 de marzo de 2024
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La feria La Salada quiere abrir una sucursal en Miami
El mayor mercado del conurbano no para de crecer. Ahora bucea apertura en EE.UU. También llegaría al Paraguay. 7 millones de compradores mensuales
8 de octubre de 2011
El enorme predio donde se comercializan prendas de vestir y otros productos, conocido como "La Salada", tendrá su versión en la ciudad de Miami, en los Estados Unidos.

Así lo confirmó su administrador, Jorge Castillo: "La Salada se está internacionalizando, estamos en Miami buscando un lugar para armar un centro de comercialización como el nuestro".

"Vamos a ver cómo va la aventura norteamericana", anunció. Aunque aclaró que, si bien no hay nada confirmado, tiene entre tres y cuatro predios en la mira, en vistas a instalar un mercado similar en el país del norte.

"Nosotros somos los que vestimos a la gente de bajos recursos", afirmó Castillo, al tiempo que estimó el precio de las remeras, para su futuro emprendimiento, en 10 dólares.

"La ubicación y el potencial del negocio me sale más barato que en Argentina", explicó el empresario. Y adelantó que también evalúan la posibilidad de abrir otra sucursal en Paraguay.

"Buscamos un lugar en las zonas de clase media y baja que son las que más necesitan. Acá (en Estados Unidos) una chomba de primera marca vale u$s 22 y allá (en Argentina) vale $ 600, no se entiende, se abusan de nosotros", remarcó indignado.

La Salada es el mercado informal más grande de Argentina y uno de los más importantes de Latinoamérica. El predio se encuentra a orillas del Riachuelo en Ingeniero Budge, una de las zonas más postergadas de Lomas de Zamora.

Ocupa una superficie de 20 hectáreas, similar a la del barrio porteño de Once. En sus más de 6.000 puestos se venden a precio muy barato todo tipo de productos, cuyo origen es cuestionado por las grandes marcas.

"Acá la gente no llega a fin de mes. Y nosotros somos los que vestimos a la gente de bajos recursos. Así que ¡viva la Salada!", enfatizó Castillo.

Destacó que la feria cuenta con 30 mil puestos de venta, que generan alrededor de 12 empleos directos cada uno -entre taller, transporte y atención al público- y una cantidad aún mayor, cercana al millón, de empleos indirectos, vinculados con transporte, mantenimiento, limpieza, seguridad, y venta de comidas y bebidas, entre otros.

"Los precios accesibles hacen de aumento salarial o salario indirecto para sus 7 millones de compradores mensuales, que provienen tanto de los sectores más humildes como de las capas medias de la sociedad", dijo Castillo.

Además, destacó que "el ahorro en indumentaria permite que los cientos de miles de personas que compran cada noche puedan destinar más recursos a alimentación, salud, transporte, educación de sus hijos y mejora de sus viviendas".

"La Salada" está ubicada en Lomas de Zamora, a orillas del Riachuelo, desde hace más de dos décadas, y funciona en galpones propios, con un modelo de gestión y organización estudiado y copiado en distintos países, pero que es cuestionado por cámaras empresarias y grandes empresas, las cuales denuncian
"falsificación de marcas y competencia desleal por no pago de impuestos".

Pero Castillo rechaza que exista evasión, y asegura que "los puesteros y feriantes forman parte de pymes familiares de distintos rubros -en su mayoría textiles y de calzado-, inscriptos o en vías de inscripción al régimen de monotributo".

Además, se mostró molesto con las llamadas "Saladitas" y se despegó de plano de esos predios abiertos más recientemente.

"Ante la cada vez más extendida costumbre de denominar ´Saladita´ a cualquier ámbito de comercio informal o callejero, costumbre que se ha instalado también en los medios de comunicación, generando un desprestigio de nuestra actividad, vinculándonos de manera directa o indirecta con mafias, hechos de
violencia y ocupación del espacio público, nos vemos obligados a hacer público que no tenemos relación alguna con las denominadas ´Saladitas´ que han proliferado en los últimos tiempos", señaló.

Castillo dijo que "la venta directa del productor al consumidor, que propicia La Salada, pone en evidencia que lo que encarece el precio final de los artículos es el afán de lucro desmedido de ciertos eslabones intermedios de la cadena y el peso del marketing y branding de las marcas líderes".

"Esos intereses son los que están detrás del discurso que denunciamos, y que niegan deliberadamente lo que la feria representa: un formidable mecanismo de inclusión, que permite trabajar, emprender, crecer y capacitarse a un sector muy dinámico y diverso de nuestra población, en sintonía con la etapa de
recuperación del mercado interno que vive el país", indicó.