Liliane Bettencourt, la heredera del imperio de cosméticos L’Oréal y tercera fortuna de Francia, perdió el manejo de su empresa al ser colocada por la justicia bajo la tutela de su familia. Es porque consideró que su fragilidad psicológica puede llevarla a cometer actos perjudiciales para su patrimonio.

De esta manera, la millonaria de 88 años perdió la batalla judicial que mantiene con su hija desde hace años por la gestión de sus bienes.

En tanto, el mayor de sus nietos, Jean-Victor Meyers, será el encargado de la tutela personal de la anciana mientras que sus bienes y su fortuna pasarán a ser gestionados por sus dos nietos y por su hija, Françoise Bettencourt-Meyers. Los bienes y patrimonio en juego están estimados en U$S 24.000 millones.