"El doctor Fischer dijo que tenía un 50 por ciento de posibilidades de sobrevivir esa noche y un 50 por ciento de no hacerlo. Él lo intentó, con Laurene a su lado, que reaccionaba bruscamente cuando había una pausa espaciada entre sus respiros. Ella y yo lo mirábamos, entonces daba un profundo respiro y empezaba otra vez", escribió Mona Simpson en el New York Times.

En el artículo titulado Elogio de una hermana a Steve Jobs, la reconocida escritora, que no se crió con el cofundador de Apple porque este fue dado en adopción y se conocieron 25 años después, hizo un repaso por la vida del inventor del iPod, iPad y el iPhone y relató cómo fue su despedida final.

"Parecía estar trepando una montaña. Con esa voluntad, con esa ética de trabajo, también estaba la capacidad de Steve por el asombro, de ser un artista que cree en un ideal. Sus últimas palabras, horas antes, eran monosílabos, que repitió tres veces", cuenta Simpson sobre el deceso de Jobs, ocurrido el pasado 4 de octubre, después de una dura batalla contra el cáncer de páncreas.

"Antes de embarcarse, miró a su hermana (adoptiva) Patty, luego por un largo rato a sus hijos y a su compañera de vida, Laurene. Entonces miró más allá de sus hombros.

Sus palabras finales fueron: "Oh, wow. Oh, wow. Oh, wow", finaliza Simpson emocionada.

En su lecho de muerte, Jobs no había perdido su capacidad de asombrarse y descubrir.