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20 de abril de 2024
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Mardel: hasta $ 2.500 de multa por estacionar mal
Se hacen casi cinco infracciones por hora. Son hasta 14 veces más caras que en Buenos Aires. Dejar el auto en doble fila es la falta más común
12 de enero de 2012
Un auto detenido en el carril izquierdo de la avenida Buenos Aires. Las balizas encendidas y, adentro, un caniche toy que ladra desesperado. El móvil de la Dirección de Tránsito que patrulla Mar del Plata llegó hace diez minutos. Encendió la sirena, hizo luces, pero el animalito sigue ahí, abandonado, y el auto en doble fila . Hasta que la agente asignada a esa zona saca el talonario.

“Pará, pará... ¿qué hacés? Bajé cinco minutos a tomar un café... No me podés hacer una multa por eso”, dice enojadísima una mujer, que salió como expulsada de la confitería. Ella grita y al perro ya no se lo escucha.

Fue “el café” más caro de su vida : $ 2.500 por estacionar en doble fila, la infracción más común en esta ciudad que por la temporada se saturó de autos y motos . En Buenos Aires, la infracción por mal estacionamiento es 14 veces más barata: $ 180.

En los primeros diez días de este mes se batieron todos los récords de multas. Multan casi a cinco infractores por hora, lo que significa más de mil multas en lo que va del año sin contar la decena de tipos de infracción que le siguen, como pasar un semáforo en rojo o circular sin casco en el caso de las motos.

Además del estacionamiento en doble fila, la falta más común es detenerse en lugares prohibidos como las paradas de micros, rampas para discapacitados o sobre la senda peatonal. Y también en las paradas de taxis. Lo dice Guillermo Sisque, con 22 años arriba de su taxi: “Encima se enojan, nos dicen que somos los dueños de la calle. Y nosotros estamos trabajando.

La gente tira el auto en cualquier lado ”.

La grúa se lleva una veintena de coches por día a los dos playones municipales, el de la Vieja Terminal y el que está ubicado en Luro y España. El infractor, además, debe hacerse cargo del acarreo ($ 180) y de la estadía en el playón, que cuesta $ 40 por día para los autos.

El valor de las sanciones subió al ritmo del precio del combustible: un 66% (ver Las claves ). Como todos los veranos, en una ciudad que sigue resistiendo en popularidad, las zonas conflictivas son las comerciales y bancarias. En el rectángulo de las avenidas Luro, Bulevar Marítimo, Independencia y Colón se hacen la mayoría de las multas. Le sigue Independencia, desde 25 de Mayo hasta Quintana.

¿Hay más controles o más infractores? “Las dos cosas”, responde Claudia Rodríguez, directora general de Tránsito. Y sigue: “En Mar de Plata el parque automotor aumentó un 20% el año pasado. Hay 350 mil coches que se suman a los 300 mil que entraron al inicio de la temporada.

No hay suficiente espacio.

Las motos se multiplicaron: de 34 mil en 2007, hoy hay casi 80 mil. Lamentablemente es cultural. Para los turistas y vecinos se volvió normal estacionar en doble fila.

Hay poco respeto por el espacio público y no hay conciencia para evitar accidentes”. Con una inversión de $ 1 millón, Tránsito adquirió diez móviles y dos grúas que se mueven permanentemente por la ciudad, sin horario ni lugar fijo. Las estrenaron este verano.

“Los estacionamientos están completos , no hay lugar en la calle ni en los espacios con parquímetro. No sé dónde quieren que dejemos el coche”, se queja Manuel Benitez, turista. Le acaban de hacer señas para que salga de la doble fila.

“La gente es cómoda y piensa que nosotros echamos al turista”, analiza Juan Orellano, de Tránsito. Para Rodríguez, lo del infractor es contradictorio: “Ellos piden severidad en las multas, pero no cuando les toca a ellos. Dicen que el tránsito es un caos, pero no se da cuenta que él interviene en ese caos. Si viene con el auto, tiene que tener tiempo y paciencia. Y a la pregunta de ‘dónde querés que lo deje’, le respondo que a tres cuadras, donde hay lugar.

Y que camine, que hace bien.

La Dirección de Tránsito también se encarga de los controles de alcoholemia. Según el registro del último fin de semana, uno de cada 10 conductores superó lo permitido por la ley, que es 0,5 milímetros de alcohol en sangre. Lo llamativo es que los infractores no fueron chicos en edad de conducir que salían del boliche.

“Fueron mayores de 30 años , los que más se resisten a entender que es peligroso que manejen con un vasito de más”, analizó Rodríguez.