El barco Costa Concordia, que se hundió en las costas italianas hace unas semanas, podría ser saqueado por "cazadores de tesoros".

Así lo afirmaron especialistas en el tema, ya que los más de 4200 pasajeros, en el momento de la evacuación, dejaron todas sus pertenencias a bordo. Si bien algunas pueden estar sumergidas a profundidades imposibles de llegar, muchas pueden estar al alcance de la mano de buzos que se acerquen al lugar.

"Mientras haya cadáveres allí, es un lugar de acceso prohibido, porque es como una tumba", aclaró Robert Marx, un veterano buzo y autor de numerosos libros sobre historia marítima, arqueología submarina y búsqueda de tesoros. "Pero cuando hayan sacado todos los cadáveres, va a haber una carrera desenfrenada por el botín. La Mafia tiene equipos submarinos especializados para esas tareas".

Todos saben que el Costa Concordia era un hotel de lujo sobre el agua. Los pasajeros llevaban a bordo sus mejores prendas, joyas; además de contar con mucho dinero en efectivo.

"Es ahora un paraíso para buzos", graficó Hans Reinhardt, un abogado alemán que representa a 19 pasajeros alemanes que buscan compensación por sus pérdidas. Sus clientes viajaron con diamantes y otras joyas que habían estado en sus familias por generaciones. "Ellas perdieron mucho relojes, collares, todo lo que las mujeres lucen cuando quieren verse bien vestidas", comentó. "Ellas querían mostrar lo que tenían".

Pero no sólo el barco aún contiene als riquezas de los pasajeros, sino también la propia del barco que tenía tiendas elegantes con joyas, más de 6.000 obras de arte en las paredes y un spa con una colección de xilografías de Katsushika Hokusai, un artista japonés famoso por su representación de una enorme ola con el Fujiyama como trasfondo.