La madre de la periodista Estefania Heit, Olga, dijo que su hija forma parte de "una secta" y acusó a la pareja de la mujer, Jesús Olivera, de ser el responsable de la situación que sacude a la ciudad de Coronel Suarez, donde ambos son acusados de secuestro, privación ilegitima de la libertad y abusos sexuales.

Olga también reconoció que hace tres años que no ve a su hija y acusó a Olivera de "alejarla de la familia", a la vez que se mostró muy conmovida por los hechos.

La mujer contó que perdió el contacto con su hija y culpó de ese alejamiento a Olivera, "quien la capturó para él solo", según expresó.

"Está siendo sometida por Olivera. No me cabe ninguna duda. No puede cambiar tanto una chica de la noche a la mañana", destacó Olga visiblemente contrariada por la situación.

Olivera, quien estaba prófugo, fue captura la noche del martes en la ciudad bonaerense de Carhue y llevado a primeras horas del miércoles a Coronel Suárez para declarar ante el juez de la causa.

En tanto, la periodista, detenida desde ayer, se negó a hablar ante el juez y en su entorno, para defenderla se habla que ella también es "víctima" de Olivera y que formaría parte de "una secta".

La joven víctima de esta pareja, Sonia Molina de 33 años, y originaría de Río Negro, el mismo lugar de Olivera, habría caído en al red del hombre que como pastor la habría convencido de sumarse a su religión y vender su bienes, a través de su organización religiosa.

El intendente local, Ricardo Moccero, quien tuvo oportunidad de hablar con Molina en el hospital local, contó parte del calvario que atravesó la mujer.

"Estaba en un pasillo, atada con bolsas, cosa de que si se movía y hacía ruido, ellos la escuchaban. En definitiva, después de todas las cosas que le hicieron, Sonia perdió 25 kilos; está quemada con un cigarrillo en las manos, está golpeada por todos lados…", relato el mandatario.

Al ser consultado sobre las hipótesis que manejan los investigadores, el intendente aseguró que podría haber “una mezcla de todo”. “Creo que estaba todo planeado para hacerle vender la casa y quedarse con el dinero, pero después hay una actitud de psicópata, perversa; fue como una película de terror: la golpearon, la quemaron, la violaron, le dieron de tomar agua mezclada con excremento de perros”, contó.