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26 de abril de 2024
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Carrascosa culpó a un vecino por la muerte de su esposa
El viudo de María Marta García Belsunce -quien está imputado por su crimen- habló ante el tribunal que lo juzga y responsabilizó a Nicolás Pachelo por lo sucedido
28 de febrero de 2007
La versión de Carlos Carrascosa pareció debilitarse hoy tras la lectura de los testimonios de algunos testigos e imputados en el marco de la causa por el crimen de su esposa María Marta García Belsunce, y decidió entonces declarar ante los jueces del Tribunal Oral 6 de San Isidro.

Carrascosa, al igual que la familia García Belsunce, acusan al vecino Nicolás Pachelo y a un grupo de vigiladores, y sostienen que el crimen de la mujer se cometió durante un robo. Esa hipótesis ya había asomado en en el juicio y, esta tarde, el viudo volvió a insitir en eso.

Durante la audiencia de hoy fueron incorporadas varias declaraciones que no concordaron con lo dicho por el viudo, e hicieron tambalear su coartada. Y por eso, el principal acusado decidió hablar por primera vez en el juicio que se sigue en su contra.

Pachelo es un vecino del country que fue acusado de haber robado bolsas de palos de golf, computadoras, portafolios y herramientas en varias casas.

Un vecino asaltado encontró sus palos a la venta en un comercio del predio que la Asociación Argentina de Golf tiene sobre la Costanera porteña.

Los había dejado en consignación Pachelo, que usó su apellido materno. Así llegaron a él. Pachelo estuvo preso más de dos años por ese robo y otros seis casos más. En setiembre del año pasado, recuperó la libertad. Según Carrascosa, fue él quien mató a su mujer.

La quinta jornada de audiencias del debate oral por el crimen de María Marta, se había reanudado esta mañana con la lectura de cuatro indagatorias a Carrascosa realizadas ante el fiscal Diego Molina Pico, durante la instrucción.

Otras de las declaraciones incorporadas fue la de la masajista Beatriz Michelini, imputada de encubrimiento. El testimonio de la mujer, la primera en llegar al lugar del hecho aquella tarde del 27 de octubre de 2002, pareció debilitar la estrategia defensiva del viudo.

La masajista dijo que encontró a Carrascosa "echado" al lado del cuerpo de su esposa y que el hombre no había llamado para avisarle a nadie.

Las declaraciones corresponden a la indagatoria que prestó Michelini en 2003, al comparecer como imputada por haber ayudado a limpiar sangre que había en el baño y en la antesala del dormitorio.

La masajista, además, se defendió al sostener que fue el médico de la ambulancia quien indicó que había que limpiar las manchas de sangre.

Otras declaraciones y careos que hicieron zozobrar la versión de Carrascosa, surgieron de parte de Alba Benítez, encargada del Club House del country Carmel, y Gerardo Ovendorfrer, mozo del lugar.

Los dos aseguraron haber atendido en el bar a Carrascosa en la tarde del crimen. Benítez y Ovendorfrer dijeron que el acusado se sentó a tomar un café y un lemoncello, aproximadamente entre las seis y siete de la tarde, mientras se jugaba el clásico Boca-River.

Por su parte, el viudo niega haber estado allí. Siempre dijo que aquel domingo estuvo toda la tarde mirando fútbol en la casa de Irene Hurtig y Guillermo Bártoli. Minutos antes de las siete se fue a su casa, y allí, entonces, encontró muerta a su esposa.

Sin embargo, Catalina Vargas, empleada en la casa de Bártoli y Hurtig, dijo que a las seis de esa tarde fue al salón de la casa para ordenar y limpiar un poco, y sostuvo que no había gente en ese momento y, además, que la televisión estaba apagada.

Durante los careos a los que fue sometido con esos tres últimos testigos, Carrascosa pareció retractarse al admitir que el día del crimen, tal vez fue al Club House, pero "por la mañana".