El juicio por el crimen de María Marta García Belsunce continúa hoy con las últimas pruebas que le quedaron por presentar al fiscal Diego Molina Pico.

Entre las pruebas a presentar hay escuchas telefónicas, entrecruzamientos de llamadas e imágenes de las cámaras de seguridad del country.

La séptima audiencia se reanuda en los tribunales de San Isidro de la calle Ituzaingó 340 con una serie de pruebas que, por recursos técnicos, la fiscalía no pudo presentar la semana pasada.

Se trata en primer término de las escuchas telefónicas que Molina Pico ordenó realizar durante la instrucción de la causa a los familiares y el círculo íntimo de la víctima y del imputado Carlos Carrascosa.

El propio viudo ya aclaró la semana pasada cuando declaró ante el Tribunal Oral Criminal 6 de San Isidro, que en una escucha del 14 de diciembre de 2002 en la que hablaba con su cuñada Irene Hurtig y le dijo "si está todo listo, me rajo", no estaba haciendo alusión a una fuga sino a unos días de descanso en Mar del Plata.

Una fuente de la fiscalía adelantó que "hay escuchas mucho más comprometidas que ésa". Además, Molina Pico presentará con gráficos los entrecruzamientos de llamados realizados con el sistema VAIC Telemétrico. Con este software se podrá determinar en tiempo y lugar y a través de sus celulares, dónde estaban los sospechosos el día del crimen.

Otra prueba pendiente a exhibir por la fiscalía que además de Molina Pico integran los fiscales John Broyad, Jorge Ariel Apolo y Diego Grau, serán fotogramas de las grabaciones de las cámaras de video del ingreso y egreso del country El Carmel.

De esta manera, se podrá ver a qué hora ingresaron o egresaron del country todos los sospechosos del caso, entre ellos los familiares, vecinos y amigos de la víctima. Al término de estas pruebas, la audiencia se retomará con las piezas procesales a incorporar por lectura propuestas por la defensa.

María Marta García Belsunce fue asesinada de seis balazos en la cabeza el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel de Pilar, pero hasta que se hizo la autopsia, la familia había instalado la hipótesis de un accidente en la bañadera.

El juicio, que se inició el 20 de febrero pasado, tiene como único imputado al viudo Carrascosa, quien el miércoles pasado se declaró inocente y acusó como presunto autor del crimen a su vecino Nicolás Pachelo y un grupo de vigiladores.