Todavía se sentía el olor a pólvora y muerte en cada rincón de Chile, solo habían pasado 12 días del cruel Golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el primer presidente socialista democrático del continente Salvador Allende, cuando aquel domingo 23 de septiembre de 1973, el poeta Pablo Neruda falleció a los 69 años, en una clinica de Santiago.

El parte médico señalaba que el autor "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" sufría de un cáncer de próstata y por derivaciones de esta enfermedad se había producido su deceso.

Sin embargo, en los últimos años, su ex chofer, Manuel Araya, sembró la duda cuando en 2011 dijo a un medio mexicano que murió por una inyección letal que le aplicaron mientras estaba internado en la clínica Santa María, días antes de su partida a México para permanecer en el exilio mientras durara la dictadura.

El juez Mario Carroza, quien lleva adelante la investigación, ordenó el 8 de abril pasado la exhumación de los restos para constatar las causas de su muerte, luego de que se reabriera la causa en 2011 por las revelaciones de Araya.

El escritor de estaba enterrado en Isla Negra, localidad de la comuna El Quisco en la provincia San Antonio del litoral central de Chile, donde vivió sus últimos años.

Esa investigación aún continúa y no tiene resolución, por lo que se puede sostener que a 40 años de su muerte, se desconocen las verdaderas razones de la muerte del gran poeta chileno.

Había nacido el 12 de julio en 1904 bajo el nombre de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, en la localidad chilena de Parral, luego el poeta elige su seudónimo con apenas 21 años y su primer encontronazo con la literatura lo tiene a través de Gabriela Mistral, quien le regala libros de Tolstoi, Dostoievski y Chejov.

Tras publicar en 1923 su primer libro, al años siguiente, con solo 20 años publica una de sus obras cumbres, el famoso poemario "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", que tenía una fuerte influencia del modernismo, y en donde adquiere una gran visibilidad.

La situación económica lo llevó pro casi una década a recorrer el mundo en busca de lugares para su arte y vive en varios países de de Europa, que lo ubica en los años treinta en España donde teje una profunda amistad con García Lorca.

Cuando el español es asesinado por el franquismo decide regresar a Chile donde se une inmediatamente al Partido Comunista, y comienza a contruir la otra gran parte de su obra literaria.

Cuando aparece "Canto general" en 1950, este poemario épico -ilustrado por los mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros- resume en sus versos la militancia política de Neruda y la exaltación de los mitos latinoamericanos.

Galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile en 1945, el poeta se desempeña como senador, cargo que le permite denunciar las arbitrariedades del sistema y finalmente se exilia en la Argentina.

En 1952 publica en Italia de forma anónima "Los versos del capitán", inspirados en su amor por Matilde Urrutía, su tercera y última esposa, porque todavía estaba casado con la segunda, Delia del Carril.

En 1954 aparecen "Las uvas y el viento" (donde se encuentra una elegía a Stalin) y las Odas elementales, mientras que con Estravagario (1958) incorpora nuevos cambios a su escritura: recupera el sentido del humor, deja atrás el dramatismo y se reencuentra con la vanguardia y el surrealismo.

De regreso a Chile, en 1966 puede contraer matrimonio con Matilde -después del fallecimiento de Maruca (María Antonia Hagenaar), su primera mujer- en su casa de Isla Negra, llena de caracoles y mascarones de proa, que es profanada poco después de la muerte del poeta por la dictadura militar chilena.

En 1970 el partido Comunista lo elige como precandidato presidencial pero el poeta renuncia en favor de Salvador Allende y un año después es distinguido con el Premio Nobel de Literatura.

En 1972 le otorgan el Premio Lenin de la Paz y retorna a Chile para recibir un multitudinario homenaje en el estadio nacional, pero eran tiempos ya decisivos en al vida democrática de ese país, y el aroma a flores quemedas por las balas asesinas, comenzaban a sentirse.

El 23 de septiembre partió y dejó otro dolor en el alma del pueblo de su país. Se fue en aquel duro año 1973, el año que el mundo perdió a los tres Pablo genios: Picasso, Casals y Neruda.