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26 de abril de 2024
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Prohíben la mutilación genital femenina en país africano
Se trata de Eritrea, donde se realiza ese tipo de práctica aberrante en el 90 por ciento de las mujeres. El gobierno consideró que "pone en peligro la salud"
5 de abril de 2007
En lo que podría considerarse un triunfo en la lucha a favor de los derechos humanos, el gobierno del país africano Eritrea decidió prohibir por ley la mutilación genital femenina, una práctica cultural de carácter religioso de la cual son víctimas un 90 por ciento de las mujeres de ese país y de otros del mismo continente.

"La mutilación genital femenina produce dolores y sufrimientos considerables a las mujeres y puede llegar a amenazar a sus vidas", añadió el Gobierno de Eritrea en un comunicado.

La medida, dictada por el Ejecutivo de ese país africano prevé castigar con multas e incluso con penas de prisión a aquellos que realicen la ablación a niñas o adolescentes o que, teniendo conocimiento de su práctica, no avisen a las autoridades competentes para evitarla.

La medida entró en vigor el 31 de marzo, según el decreto dado a conocer por el Ministerio de Información.

Anteriormente, el gobierno eritreo había llevado a cabo diversas campañas de concienciación sobre la necesidad de abandonar la práctica de la mutilación genital femenina en todo el país.

Según organizaciones humanitarias, más de dos millones de niñas sufren cada año esta práctica en el mundo, sobre todo la que consiste en la ablación del clítoris.

Dentro del continente africano, el llamado Cuerno de Africa, que incluye Eritrea, es la zona donde la mutilación genital femenina está más extendida, siendo prácticamente inexistente en la mitad sur del continente.

Junto a Somalia, Yibuti, y en menor medida Etiopía, tienen una incidencia que ronda el 90 por ciento de la población femenina.

La edad en que se lleva a cabo esta práctica varía desde los pocos días de vida a los 20 años, aunque la mayoría suele efectuarse a niñas de entre 12 y 14 años.

Sus consecuencias duran toda la vida y en la operación, habitualmente casera, puede causar la muerte, complicaciones en el parto, infertilidad, infecciones, hemorragias prolongadas, frigidez o traumas psicológicos.