Pamela Anderson y Denise Richards fueron demandadas ante una corte local por dos fotógrafos por haberlos agredido física y verbalmente cuando intentaron tomar unas placas de las actrices el pasado 9 de noviembre.

Scott Cosman y Rik Fedyck, fotógrafos profesionales independientes, aseguraron que ambas actrices mintieron a las autoridades y los medios de comunicación al dar su versión del incidente registrado en el casino River Rock, de British Columbia en Canadá.

Las estrellas filmaban la cinta 'Blonde and blonder' y se fueron contra los fotógrafos cuando los descubrieron imprimiendo placas, mientras Richards los llamaba 'paparazzis canallas' y otros fuertes insultos, según la demanda.

Richards también les arrebató sus computadoras portátiles y las arrojó desde un balcón del hotel, las cuales estuvieron a punto de golpear a una anciana, en un incidente que tardó más de 20 minutos y fue grabado por las cámaras de seguridad del casino.

La demanda, presentada ante la Corte Superior de Los Angeles, responsabiliza a las actrices de los cargos de difamación, asalto, robo, falso arresto y negligencia.

Hace unas semanas Richards explicó a un programas de espectáculos que el incidente se dio luego de que uno de los fotógrafos se acercó a tomarle algunas placas, lo que ella autorizó pero le pidió que al terminar debía salir de la escena, lo que no fue obedecido.

Los fotógrafos, además de no salirse, tuvieron expresiones vulgares, asumieron actitudes agresivas y una exclamación difamatoria contra mi familia y por eso arrojé la computadora portátil, reconoció la actriz.

Richards aceptó que su acción la hizo sentir 'terrible. Nunca había hecho eso, pero algunas veces ellos (los fotógrafos) cruzan la línea'.

En la demanda se exige cubrir las pérdidas de los ingresos de los hombres de la lente, así como que se aplique una sanción ejemplar por un monto que sea determinado por un jurado.

Cosman y Fedyck aseguran que tras el incidente han sufrido 'daño emocional, ansiedad, pesadillas, falta de sueño, miedo y preocupación' por la posibilidad de ser incapaces de continuar su trabajo como fotógrafos independientes.