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25 de abril de 2024
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El libro que castiga a Freud
Antecedido por la polémica, ya se vende en el país El Libro Negro del Psicoanálisis, un duro tratado anti-Freud que desatará debate en la Argentina
8 de abril de 2007
"Francia es, con la Argentina, el país más freudiano del mundo", lanza el libro como piedra inaugural, y tras denunciar la presunta caída de esta práctica en Europa y Estados Unidos, pregunta: "¿Tendrán razón Francia y la Argentina, solas en contra del mundo?".

Encolumnada bajo la consigna de disparar contra el psicoanálisis, la directora editorial Catherine Meyer intenta demostrar que "hay vida después de Freud", quien queda irónicamente retratado como" el Sherlock Holmes del alma", obsesionado por la omnipresente emergencia de la sexualidad.

A través de 800 páginas desparejas, que combinan textos viejos con escritos y entrevistas nuevas, cuarenta psicólogos, filósofos, historiadores de la ciencia y neurobiólogos de distintas nacionalidades, pero mayoritariamente franceses, refutan los postulados psicoanalíticos, cuestionan la honestidad intelectual del fundador del movimiento psicoanalítico e invalidan su modelo terapéutico, al que catalogan de pseudocientífico.

A pesar de cargar nuestro país con el 50% de culpa por la vigencia de "una disciplina que pasó de ser una ciencia muy prometedora a una pseudo- ciencia decepcionante", el agresivo alegato no incluye a ningún representante local del psicoanálisis o el antipsicoanálisis.

Aunque las críticas al modelo terapéutico creado por Freud y recreado por Lacan acompañan toda la historia del movimiento, esta última disputa se concentra entre las dos posiciones antagónicas (psicoanálisis v. TCC).

El disparador fue un informe emitido por las autoridades sanitarias francesas en febrero de 2004, inclinando la balanza de la eficacia terapéutica a favor de las psicoterapias cognitivas conductuales, que prometen resultados terapéuticos rápidos y permanentes, con evidente reducción de costos.

"El fracaso más grave del psicoanálisis tiene que ver con su rechazo desvergonzado del método científico", acusa Frank Sulloway, un historiador de las ciencias de la Universidad de Berkeley, California.

"Los que no tienen rigor científico son estos mercenarios del escándalo, que no defienden ningún modelo terapéutico sino el modelo de la ignorancia", responde el médico psicoanalista Isidoro Vegh, miembro fundador de la Escuela Freudiana de Buenos Aires y autor de Matices del Psicoanálisis (Agalma) y Las letras del análisis (Paidós), entre otros libros.

Desde la vereda opuesta, el licenciado Fernando Torrente, jefe de Terapia Cognitiva del Instituto de Neurología Cognitiva, describe el proceso evolutivo del psicoanálisis y augura que, así como perdió su lugar dominante en todo el mundo, probablemente suceda lo mismo en la Argentina.

Y el doctor Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, imagina: "De vivir hoy, Freud, que era neurólogo estaría examinando y reinventando sus teorías con el enorme aporte científico de las neurociencias modernas. Debemos encontrar un idioma común que nos ayude en el camino fascinante de entender la mente humana".