Estreno de la semana: la crisis de la mediana edad sobre ruedas - Asteriscos.Tv
Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
29 de marzo de 2024
Seguinos en
Estreno de la semana: la crisis de la mediana edad sobre ruedas
“Rebeldes con causa” es una ligera "road movie" construida sobre el nombre de sus famosos protagonistas, que sin pretenciones no hiere ni enriquece a nadie
11 de abril de 2007
Por Sebastián Martínez

Quien esté familiarizado con el básquet de la NBA sabrá a que me refiero cuando hablo del “Juego de las estrellas”. Se trata de ese partido fuera de competencia donde las conferencias del este y del oeste eligen a sus mejores jugadores de la temporada y los ponen en la cancha para dar una exhibición taquillera. Sin mayores compromisos, sin puntos en juego, sin verdadera adrenalina. Simplemente a recaudar, a alimentar el negocio, a dar espectáculo.

En algo similar debían de estar pensando los productores de la Disney cuando pergeñaron “Rebeldes con causa”. Miraron su plantilla de estrellas, seleccionaron a algunas de las más convocantes, tomaron un guión sencillo y sin pretenciones, llamaron a un director sin grandes antecedentes, y pusieron todo eso en la cancha. El resultado de esa mezcla es exactamente lo que se podía esperar: una película con mucho oficio, algunos aciertos aislados, pasablemente entretenida y fácilmente olvidable.

Empecemos por los nombres. Al tope de la marquesina, John Travolta, un sujeto que por sí solo es capaz de llenar salas, aunque también de embarcarse en proyectos sin ningún rédito artístico ni comercial. Un caso para analizar en extenso, desde su fulgurante ascenso de la mano de la música disco hasta su regreso panzón en “Tiempos violentos” y, especialmente, todo lo que vino después, lo bueno y lo malo.

Pero sigamos. Al costado, Martin Lawrence, uno de los comediantes negros del momento. Figura estelar de las dos entregas de “Esta abuela es un peligro”, coprotagonista con Will Smith de “Dos policías rebeldes”, y front-man de otras varias comedias que llenan los estantes de los videoclubs.

El tercero de los protagonistas es Tim Allen, un comediante maduro que en la Argentina no ha logrado hacer nunca pie (no es que le importe, claro), pero que en los Estados Unidos es una suerte de prócer, al punto que Buzz Lightyear, el personaje de “Toy Story”, lleva su voz.

El reparto principal se completa con William H. Macy, un actor de una versatilidad tal que se lo ha visto interpretando algunos de los más tristes papeles de los últimos años y participando con holgura en todo tipo de comedias. Para citar algunos de sus trabajos, basten “Jurassic Park III”, “Magnolia”, “Una acción civil”, “Boogie Nights”, “Fargo” y “Air Force One”, entre más de un centenar de filmes y series.

Como si estos nombres fuesen poco, para este filme dirigido por Walt Becker, la Disney convocó para los papeles secundarios a otras figuras conocidas del ambiente. El siempre torvo Ray Liotta, la siempre simpática Marisa Tomei y el siempre enigmático Peter Fonda forman parte de este elenco multiestelar lanzado a la deriva de “Rebeldes con causa”.

¿Cuál es la historia que amalgama a estos talentos en la pantalla? Bueno, es simple. Los cuatro protagonistas son hombres que atraviesan la crisis de la mediana edad y buscan más o menos desesperadamente huir de su rutina. Macy es un programador fanático de las Macintosh que teme hablar con las mujeres. Allen encarna a un dentista cuya mayor emoción es robarle el tocino a su hijo durante el desayuno. Lawrence intrepreta a un plomero con ínfulas de escritor y con una esposa demasiado dominante. El personaje de Travolta se casó con una top model y parece haber reunido bastante fortuna, pero el divorcio lo deja en la ruina.

Los cuatro amigos se reúnen una vez por semana vestidos de motoqueros en un bar de Cincinatti a soñar con lo que fueron y a lamentar lo que son. Hasta que un día deciden que es hora de romper la rutina y lanzarse a las rutas, de costa a costa, montados en sus Harley Davidson y a sentir aquel mito que inmortalizaron para siempre Dennis Hopper y Peter Fonda en “Easy Rider”. No es casual que el segundo reaparezca aquí para hacer un breve pero esencial cameo.

Puestas así las cosas, la “road movie” comenzará y, con ella, los problemas para los cuatro protagonistas, que deberán terminar enfrentando a un verdadero grupo de motoqueros, de esos con largas barbas y camperas de cuero negro. Habrá gags, habrá peleas, habrá ligeros romances y la película transcurrirá dócil hacia su final.

“Rebeldes con causa” tiene como mérito su sencillez, su absoluta falta de vanidad. Pareciera que todos los que tomaron parte en el rodaje son conscientes de que están haciendo simplemente una comedia familiar destinada a rellenar la cartelera entre los grandes estrenos de las Navidades y los “tanques” de la temporada de mediados de año.

Y es así como debe apreciarse. Nada hay que deslumbre en esta película, pero al mismo tiempo resulta difícil condenarla. Al verla, uno debe, por un momento, olvidar que pagó una entrada e imaginar que es sábado, que llueve, que es lo único que dan en la tele y que, cuando termine, seguramente van a pasar algo mejor.