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25 de abril de 2024
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Sobisch calificó a Kirchner de "miserable, cobarde y perverso"
El gobernador de Neuquén, respondió así a las críticas del Gobierno por su responsabilidad en la muerte de Fuentealba y reiteró que no piensa renunciar
12 de abril de 2007
El gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, renovó su embestida contra el presidente Néstor Kirchner, a quien calificó de "miserable" y "cobarde", en respuesta a las críticas del Gobierno por su responsabilidad en el asesinato de Carlos Fuentealba.

El embate también alcanzó al ministro del Interior, Aníbal Fernández, que en las primeras horas tras la muerte del docente durante una protesta en Neuquén, y mientras Kirchner permanecía en silencio en El Calafate, fue el encargado de transmitir el pensamiento oficial frente a el trágico resultado de la represión policial en la provincia patagónica.

Poco después de que muriera Fuentealba Fernández deslindó responsabilidades por la represión en la policía de la provincia y dijo que no podía ser "el celador" de Sobisch.

En este contexto, el gobernador acusó, tanto al Presidente como al titular de la cartera política de ser "perversos" y los acusó de pretender obtener "rédito político" de la muerte del maestro.

"Kirchner es un miserable, el ministro del Interior es un miserable, son dos perversos", aseguró el gobernador.

Insistió en que el Presidente " es un cobarde que utiliza la situación", en alusión al asesinato de Fuentealba mientras participaba de una protesta docente que pretendían cortar la ruta 22 cerca de la localidad de Arroyito el miércoles pasado.

Por otra parte, ratificó que no está en sus planes dejar su cargo, pese a que ese es uno de los reclamos que motoriza los reclamos de los docentes de la provincia por estas horas y del pedido de juicio político que impulsan, aunque sin demasiado consenso, los legisladores de la oposición.

"No voy a renunciar, el pueblo de Neuquén me ha dado un mandato a través de las elecciones y no voy a renunciar ante un problema difícil de la provincia", enfatizó.

Además, reiteró que es "el responsable político" por la muerte de Fuentealba y defendió a la policía de Neuquén.

"La policía de la provincia no es una policía represora", afirmó. Enseguida justificó su orden de reprimir a los manifestantes. "Hice cumplir la constitución y la ley en mi provincia", se defendió.

Sin dar un paso atrás, sostuvo que "volvería a tomar las decisiones" para que "las minorías no manejen la provincia", aunque afirmó: "En ningún momento mandé a matar a nadie".